Pero no sólo son los
diversos sectores laborales quienes sufren dichas agresiones, toda la
sociedad civil está asistiendo a ataques contra los, cada vez menos,
derechos que poseemos y que son burlados, tanto por lo legal como por lo
criminal -en el caso de la minería-, sin que hasta el momento haya
existido una respuesta proporcional a semejante infamia.
Desde el año 2009 viene sucediéndose una serie de
barbaridades en forma de reformas laborales, de las pensiones, de la
edad de jubilación, bajadas de sueldo, EREs injustificados, cierres de
empresas rentables, más de 300.000 millones a la banca…y ya en última
instancia, un rescate que nos dicen que no es tal y, sobre todo una
intervención -nacionalización del pufo- a Bankia y una corrupción en el
Consejo General del Poder Judicial en las que no existen responsables,
en las que nada se investiga y los culpables –de la crisis y de nuestra
situación- salen de rositas.
Salen de rositas, nos mienten, se ríen en nuestra cara ¡nos escupen encima y nos dicen que llueve!
Ahora, sin embargo, parece que podemos empezar a
articular una respuesta en base a los conflictos que estas semanas
sacuden nuestra tierra. La minería nos enseña el camino de la lucha, el
transporte el camino de la victoria (algo que en los medios están
silenciando, una total y absoluta victoria en sus reivindicaciones), la
educación el camino de la reacción contra la injusticia…los partidos
políticos el cómo actuar de diferente manera según el ámbito y sus
intereses particulares (desde el PP a IU pasando por el PSOE y con
especial mención a los radicales extraparlamentarios que ni están ni se
les espera).
Es por ello que ahora todos los trabajadores y toda
la sociedad civil hemos de remar juntos en una sola dirección: apoyando a
todos los sectores laborales y trabajadores en lucha por unas
condiciones dignas de vida y por un futuro que no sea la miseria. En
especial, a los mineros, hoy criminalizados, tachados de vándalos y
terroristas (en varias ocasiones por las propias CCOO y UGT) por sus
acciones, su huelga y sus sabotajes, sin escuchar las mismas acusaciones
de terrorismo para quienes pretenden destruir las cuencas mineras – y
con ellas toda Asturias- o quienes desahucian dejando miles de familias
en la calle.
Debemos solidarizarnos con los sectores en
lucha, y más aún, crear lazos de unión entre todos estos sectores
beligerantes con las políticas y estrategias del capital.
Pero, sobre todo, el camino es globalizar la lucha,
hacerla general como está ocurriendo en las comarcas mineras, todos los
sectores laborales y sociales debemos ir a una, tanto para nuestras
reivindicaciones particulares como para las de nuestros compañeros
(haciéndolas propias) y, sobremanera, para las generales que a todos nos
afectan.
El camino a seguir está marcado, ¡Huelga! Pero que
sea general, que se extienda solidaria y que se haga indefinida hasta
vencer, para hacer y deshacer a nuestro criterio –el criterio de la
mayoría- prescindiendo y renegando de todos aquellos que sólo pretenden
sacar partido de nuestras luchas, sufrimientos, injusticias y victorias.
¡Por la Huelga general indefinida!
¡Por la solidaridad entre los trabajadores!
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