1 de Mayo: un día de protesta, una vida
de lucha
El 1 de Mayo simboliza la lucha de los trabajadores de todo
el mundo. No es un día festivo como se empeñan en hacernos ver desde los
estamentos de poder, sino un día de protesta contra el trabajo asalariado y
contra la explotación de un sistema capitalista cuyas crisis endémicas pagamos
los que sostenemos la base de una estructura piramidal.
El Estado y las burocracias sindicales han favorecido la desmovilización de la clase obrera, fomentando el individualismo, la delegación y la conciliación para lograr el ansiado pacto social, despreciando las verdaderas herramientas con las que contamos los trabajadores, es decir la acción directa y el apoyo mutuo. Por este motivo, el 1 de Mayo es un día para reivindicar la libre organización de los trabajadores y la horizontalidad como únicas vías para la emancipación de los explotados, y más en un momento crucial como el actual, inmersos en una oleada de recortes de derechos laborales y sociales.
Ha pasado más de un siglo desde la masacre de Chicago y desgraciadamente las calles de todo el mundo siguen regadas por sangre obrera. En esta fecha no podemos limitarnos a recordar a los mártires que dieron su vida por conquistas sociales cuando en la actualidad los trabajadores seguimos sufriendo la misma esclavitud. No podemos quedarnos en la simple memoria histórica cuando aquí, en esta región y en este mismo momento, se sigue practicando la dictadura sindical y se persigue a los trabajadores organizados. La nueva Ley Antiterrorista es la última vuelta de tuerca en la maquinaria represiva que busca criminalizar la protesta y castigar con la máxima severidad a quién no se doblega.
Es necesario volver a recuperar las calles y las fábricas, hacer que la militancia sea nuevamente masiva y basada en la implicación directa de los afectados. Sólo participando activamente en organizaciones obreras autónomas, independientes de las subvenciones estatales, asamblearias y sin jerarquías, podremos hacer una defensa colectiva de nuestros intereses como trabajadores mientras avanzamos hacia una sociedad más justa e igualitaria.
El Estado y las burocracias sindicales han favorecido la desmovilización de la clase obrera, fomentando el individualismo, la delegación y la conciliación para lograr el ansiado pacto social, despreciando las verdaderas herramientas con las que contamos los trabajadores, es decir la acción directa y el apoyo mutuo. Por este motivo, el 1 de Mayo es un día para reivindicar la libre organización de los trabajadores y la horizontalidad como únicas vías para la emancipación de los explotados, y más en un momento crucial como el actual, inmersos en una oleada de recortes de derechos laborales y sociales.
Ha pasado más de un siglo desde la masacre de Chicago y desgraciadamente las calles de todo el mundo siguen regadas por sangre obrera. En esta fecha no podemos limitarnos a recordar a los mártires que dieron su vida por conquistas sociales cuando en la actualidad los trabajadores seguimos sufriendo la misma esclavitud. No podemos quedarnos en la simple memoria histórica cuando aquí, en esta región y en este mismo momento, se sigue practicando la dictadura sindical y se persigue a los trabajadores organizados. La nueva Ley Antiterrorista es la última vuelta de tuerca en la maquinaria represiva que busca criminalizar la protesta y castigar con la máxima severidad a quién no se doblega.
Es necesario volver a recuperar las calles y las fábricas, hacer que la militancia sea nuevamente masiva y basada en la implicación directa de los afectados. Sólo participando activamente en organizaciones obreras autónomas, independientes de las subvenciones estatales, asamblearias y sin jerarquías, podremos hacer una defensa colectiva de nuestros intereses como trabajadores mientras avanzamos hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Si no sos vos, ¿quién?; si no
es ahora ¿cuándo?
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