En Nueva York, si uno va por la calle y pregunta a 10 personas, por lo menos cinco o seis son indocumentadas. En
Estados Unidos viven más de 11 millones de trabajadores indocumentados,
y se estima que dos millones de inmigrantes trabajan en Nueva York.
Son taxistas, trabajadoras domésticas,
empleados en restaurantes, en la construcción y en el comercio
minorista. Cobran menos de los 7,25 dólares por hora que constituyen el
salario mínimo en Nueva York, y a menudo padecen malos tratos de sus
empleadores.
Salarios robados, presión mental y temor
Los empresarios tienden a decirles a quién
reclama un puesto de trabajo, que los admiten aunque estén en situación
ilegal, así deben agradecer sin importar cuánto les pagan. Como hay
tantas personas indocumentadas dispuestas a trabajar a cambio de
salarios extremadamente bajos, otros trabajadores necesitados sienten la
presión de aceptar las mismas condiciones, independientemente de cuáles
sean su estatus inmigratorio y su nacionalidad.
La presión mental en el lugar de trabajo
también es enorme. Cuando uno llega tarde, lo despiden. Cuando uno está
enfermo, lo despiden. Cuando uno se queja de algo, los patrones pueden
despedirlo.
A menudo, los patrones pasan una semana, o
incluso meses, sin pagar el sueldo a sus trabajadores. Es tìpico
retener los pasaportes o amenazar con llamar a Inmigración si reclaman
los salarios. Según las leyes
federales, esto no debería ocurrir. Incluso los trabajadores
indocumentados están protegidos bajo las leyes laborales estadounidenses
en lo relativo a un salario mínimo.
Para iniciar una investigación sobre el
respeto a los derechos de los trabajadores, el Departamento de Trabajo
necesita cierta cantidad de denuncias individuales. Pero a menudo, los
empleados son reticentes a presentarlas por temor a que sus patrones
tomen represalias y a que los deporten.
En el plano local, son los policías
quienes hacen cumplir las normas de inmigración, y las organizaciones de
derechos de los inmigrantes suelen acusarlos de discriminación. El
mayor temor de una persona indocumentada es el oficial de policía
local, porque es quien lo va a detener, le pide su identificación y,
posiblemente sea deportado. En
junio, el Concejo de la Ciudad de Nueva York aprobó dos proyectos de la
Ley de Seguridad Comunitaria que establecen mecanismos de
responsabilidad para el Departamento de Policía de esta importante urbe,
y que permiten a los ciudadanos presentar denuncias por mala conducta
de sus oficiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario