http://www.facebook.com/pages/Anarquistas/378066755607147
Suecia tiene una larga tradición de
control de sus ciudadanos. Fue el primer Estado en tener una autoridad
estadística, en 1956, y en 1921 inauguró el Instituto Estatal de Raza y
Biología. El objetivo era estudiar, mantener y proteger “la raza
sueca”.
Durante dos años, el instituto recopiló
información sobre 100.000 personas para establecer las características
de los suecos, “una de las razas germánicas más puras”. El instituto
cambió de nombre y de orientación en 1958. En el año 1934 el Gobierno
emprendió un control sobre los romaníes que habitaban el país y el mismo
año entró en vigor la ley de esterilización obligatoria. Ley que se
amplió en 1941 para que se pudiera aplicar con mayor facilidad sobre el
pueblo romaní.
Esterilización obligatoria
No se sabe con exactitud cuántas personas
fueron esterilizadas. Los romaníes no podían emigrar a Suecia según una
ley de 1914 que fue derogada en 1954. Estaban anotados en un registro
llamado Z (de zigenare, gitanos), carecían de derechos y no pudieron
votar hasta 1960. En 1975, los registros Z fueron anulados oficialmente.
Finalmente, en el 2000 gitanos romaníes fueron reconocidos como una
minoría étnica en Suecia.
El Estado sueco ha sido un enemigo
beligerante de los romaníes y es en este contexto en el que hay que
situar el enorme revuelo que produjo la noticia publicada por Dagens
Nyheter[‘Noticias del día’], de la mano del periodista Niklas Orrenius,
según la cual la policía sueca tiene una base de datos con 4.029 gitanos
fichados. Un registro en el cual se detallan los lazos familiares de
los mismos. Mil de estas personas son niños y, de estos niños, 52 tienen
en torno a dos años.
El registro fue encontrado en el sistema
informático de la policía de Escania (el sur de Suecia) pero hay pruebas
de que ha sido usado por la policía de otros lugares del Estado. La
primera reacción de la policía fue negar el hecho, pero, ante las
pruebas que el periódico ha ido publicando, las autoridades policiales
afirman que se trata de un archivo y no un registro, y que fue creado a
raíz de una disputa familiar en un pueblo de Escania.
Sin embargo, los registros contienen datos
de personas sin ningún lazo familiar y que abarcan a gitanos de toda
Suecia. Pocos días después, el mismo periódico desveló la existencia de
un segundo registro, de 997 personas, entre las cuales se hallaba la
activista y asesora de cuestiones romaníes para el Consejo de Europa, Soraya Post.
Una medida ilegal
En Suecia es ilegal registrar en bases de
datos a los ciudadanos según su identidad étnica. El desconcierto entre
las autoridades suecas parece ser auténtico. Sin embargo, este registro
policial demuestra que existe todavía una forma de actuar y de
percepción del pueblo romaní basada en los prejuicios del pasado. Ahora
ha salido a la luz que la policía de Escania ya manejaba en 1998 un
registro de estas características.
Personalidades y organizaciones romaníes
han pedido explicaciones y responsabilidades al Gobierno. La ministra
de Justicia, Beatrice Ask, ha pedido disculpas al pueblo romaní pero no
ha tomado ninguna medida disciplinaria a la espera del resultado de la
investigación que ha abierto la propia policía.
El año pasado se cumplieron 500 años de la
presencia del pueblo romaní en Suecia. Por eso, el Estado lanzó un
ambicioso plan destinado a la integración de los romaníes. El plan, de
veinte años de duración, se extiende a diversos ámbitos como la cultura,
educación, sanidad, trabajo, igualdad social y de género. Un año
después, la desconfianza con que fue recibido el plan por los romaníes
no ha podido tener peor confirmación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario