Es
vergonzoso e indignante cómo se utiliza la legítima rabia que sentimos
frente a esa violencia, para criminalizarnos y ponernos frente a los
ojos de la sociedad como violentos y a veces incluso como “terroristas”.
Todas las campañas mediáticas de desprestigio van destinadas a evitar
que el conflicto se extienda al resto de la sociedad, porque tienen
miedo de un verdadero cambio de orden y que los trabajadores y
estudiantes tomemos conciencia de nuestra capacidad de lucha.
Esto
es lo que somos, anarquistas. Somos personas corrientes, trabajadores y
estudiantes. Planteamos nuestra alternativa y nuestro análisis desde la
humildad, sin manipulaciones de ningún tipo, planteando nuestras
principios, tácticas y finalidades en el día a día, procurando vivir lo
más acorde posible dentro de la corrupta sociedad capitalista con los
valores éticos libertarios. Nuestros medios actúan en concordancia con
nuestros fines, intentamos hacer de nuestras aspiraciones una realidad
en nuestra vida cotidiana y en nuestra forma de lucha.
Por
más que se nos persiga, señale y difame no abandonaremos el camino de
la lucha ni nuestro ideario y no cesaremos en el empeño hasta la
instauración de un régimen de libertad donde no tenga cabida ningún tipo
de explotación ni dominación. Llevamos un mundo nuevo en nuestros
corazones.
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