Dios es una respuesta burda, una falta de consideración para con
los que nos dedicamos a pensar; en el fondo, incluso, no es más que
una burda prohibición que nos hacen diciéndonos que no debemos
pensar.
No
ha habido en la historia del ser humano mayor ataque a su naturaleza
que la peste religiosa. No ha habido mayor freno a su desarrollo
físico, ético e intelectual que la idea de dios. Es difícil pensar
en otro poder tan antiguo y tan nefasto.
Desde su origen las religiones han repudiado todo lo que de bueno hay en nosotros. Concretamente, hablando del cristianismo, ni el conocimiento ni la higiene se han salvado de la condena de quienes se erigían en intermediarios de una supuesta comunicación entre la tierra y el cielo. Bien al contrario han pretendido siempre que la ignorancia reinase, que el cuerpo fuese mortificado y que los hombres, y en mayor medida las mujeres, estuviesen sometidas. La mentira y el engaño, pero sobre todo el miedo, fueron armas suficientemente eficaces para procurarse un asiento entre aquellos que nunca tuvieron ningún respeto por la vida y por tanto la utilizaban a su antojo: antaño validos, reyes y emperadores, hoy presidentes, directores, secretarios generales y jefes de Estado.
Desde el momento en que se deja de perseguir al cristianismo proclamándolo religión oficial del Imperio romano, sus seguidores comienzan a destruir el resto de creencias que les estorban. La violencia se ejerce incluso entre las propias tendencias del cristianismo primigenio forjándose con sangre el corpus doctrinal que hoy en día tratan de hacer pasar por auténtico, único y revelado. No le tembló el pulso a quien falsificó el testamento del emperador Constantino para justificar el dominio del papado sobre el mundo y su superioridad incluso sobre el emperador. Ni le temblaba a los dominicos que aprobaban las ejecuciones en la hoguera y las torturas de herejes, científicos, ilustrados, hombres y mujeres en definitiva que no quisieron someterse a su doctrina.
Igualmente no dudaron en épocas más recientes en aliarse a los regímenes más tenebrosos y oscurantistas. Justificaron para ellos la esclavitud y el colonialismo incluso en formas tan vergonzosas como la utilizada por Mussolini contra Abisinia (Etiopía) en los años 30 del siglo pasado. La utilización de gases químicos, lanzallamas, ametralladoras, bombas y otras armas de la guerra moderna frente a lanzas y flechas eran para L'Observatore Romano (órgano de prensa del Vaticano) "una acción de grandiosa solidaridad humana".
Rechazaron "del modo más estricto" cualquier ataque al Estado alemán dirigido por el canciller Adolf Hitler (Memorial de la Conferencia Episcopal Alemana de 1935) y cuando el apoyo a la Alemania nazi no tuvo los efectos deseados (soñaban con la invasión de Rusia y su conversión al catolicismo) no dejaron de prestar su apoyo evadiendo hacia España y Sudamérica a infames criminales como Mengele o Klaus Barbie, apodado "el Carnicero de Lyón".
Robaron ingentes cantidades de dinero de entidades bancarias como el Banco Ambrosiano utilizando sociedades pantalla en paraísos fiscales como las Bahamas o Luxemburgo para financiar la caída del bloque soviético. Lavaron monstruosas cantidades de dinero procedentes del tráfico de drogas de la mafia italiana y americana para enviarlo a los asesinos paramilitares y apoyar las dictaduras latinoamericanas de la Operación Cóndor (véase la visita oficial de Juan Pablo II a Pinochet en pleno genocidio chileno).
¿Cómo es posible seguir dando crédito a institución tan criminal y a creencias tan inhumanas? Pues porque la fe mueve montañas con la misma fuerza que inmoviliza conciencias. Si no sería imposible explicar cómo se puede someter a tamaña humillación y represión a las personas, y al mismo tiempo mantener la obediencia a los parámetros morales que dicta una banda de asesinos, estafadores y pervertidos sexuales. Porque no puede ser otra cosa que una moral perversa la de aquellos que, al mismo tiempo que apoyan a un sacerdote de un pueblo cordobés acusado de abusar sexualmente de 6 menores de edad, amenazan con excomulgar a una niña de 11 años por abortar el producto de una violación. Y esto hacen los representantes del cristianismo católico a día de hoy.
Por todo lo anterior, el catolicismo, el cristianismo y el resto de religiones sólo pueden esperar combate sin tregua por parte de aquellas personas que no se resignan a un mundo y una vida estúpida, cruel e injusta. Porque tenemos meridianamente claro que nuestra libertad es incompatible con su existencia.
Julio Reyero http://www.nodo50.org/tierraylibertad/220.html#articulo10
F. Nietzsche, Ecce Homo
Desde su origen las religiones han repudiado todo lo que de bueno hay en nosotros. Concretamente, hablando del cristianismo, ni el conocimiento ni la higiene se han salvado de la condena de quienes se erigían en intermediarios de una supuesta comunicación entre la tierra y el cielo. Bien al contrario han pretendido siempre que la ignorancia reinase, que el cuerpo fuese mortificado y que los hombres, y en mayor medida las mujeres, estuviesen sometidas. La mentira y el engaño, pero sobre todo el miedo, fueron armas suficientemente eficaces para procurarse un asiento entre aquellos que nunca tuvieron ningún respeto por la vida y por tanto la utilizaban a su antojo: antaño validos, reyes y emperadores, hoy presidentes, directores, secretarios generales y jefes de Estado.
Desde el momento en que se deja de perseguir al cristianismo proclamándolo religión oficial del Imperio romano, sus seguidores comienzan a destruir el resto de creencias que les estorban. La violencia se ejerce incluso entre las propias tendencias del cristianismo primigenio forjándose con sangre el corpus doctrinal que hoy en día tratan de hacer pasar por auténtico, único y revelado. No le tembló el pulso a quien falsificó el testamento del emperador Constantino para justificar el dominio del papado sobre el mundo y su superioridad incluso sobre el emperador. Ni le temblaba a los dominicos que aprobaban las ejecuciones en la hoguera y las torturas de herejes, científicos, ilustrados, hombres y mujeres en definitiva que no quisieron someterse a su doctrina.
Igualmente no dudaron en épocas más recientes en aliarse a los regímenes más tenebrosos y oscurantistas. Justificaron para ellos la esclavitud y el colonialismo incluso en formas tan vergonzosas como la utilizada por Mussolini contra Abisinia (Etiopía) en los años 30 del siglo pasado. La utilización de gases químicos, lanzallamas, ametralladoras, bombas y otras armas de la guerra moderna frente a lanzas y flechas eran para L'Observatore Romano (órgano de prensa del Vaticano) "una acción de grandiosa solidaridad humana".
Rechazaron "del modo más estricto" cualquier ataque al Estado alemán dirigido por el canciller Adolf Hitler (Memorial de la Conferencia Episcopal Alemana de 1935) y cuando el apoyo a la Alemania nazi no tuvo los efectos deseados (soñaban con la invasión de Rusia y su conversión al catolicismo) no dejaron de prestar su apoyo evadiendo hacia España y Sudamérica a infames criminales como Mengele o Klaus Barbie, apodado "el Carnicero de Lyón".
Robaron ingentes cantidades de dinero de entidades bancarias como el Banco Ambrosiano utilizando sociedades pantalla en paraísos fiscales como las Bahamas o Luxemburgo para financiar la caída del bloque soviético. Lavaron monstruosas cantidades de dinero procedentes del tráfico de drogas de la mafia italiana y americana para enviarlo a los asesinos paramilitares y apoyar las dictaduras latinoamericanas de la Operación Cóndor (véase la visita oficial de Juan Pablo II a Pinochet en pleno genocidio chileno).
¿Cómo es posible seguir dando crédito a institución tan criminal y a creencias tan inhumanas? Pues porque la fe mueve montañas con la misma fuerza que inmoviliza conciencias. Si no sería imposible explicar cómo se puede someter a tamaña humillación y represión a las personas, y al mismo tiempo mantener la obediencia a los parámetros morales que dicta una banda de asesinos, estafadores y pervertidos sexuales. Porque no puede ser otra cosa que una moral perversa la de aquellos que, al mismo tiempo que apoyan a un sacerdote de un pueblo cordobés acusado de abusar sexualmente de 6 menores de edad, amenazan con excomulgar a una niña de 11 años por abortar el producto de una violación. Y esto hacen los representantes del cristianismo católico a día de hoy.
Por todo lo anterior, el catolicismo, el cristianismo y el resto de religiones sólo pueden esperar combate sin tregua por parte de aquellas personas que no se resignan a un mundo y una vida estúpida, cruel e injusta. Porque tenemos meridianamente claro que nuestra libertad es incompatible con su existencia.
Julio Reyero http://www.nodo50.org/tierraylibertad/220.html#articulo10
Has tenido el tino de nombrar el fatídico momento en que el cristianismo pasó de ser perseguido a ser religión oficial del imperio. Después acertadamente pasas de criticar la religión en sí misma (sin muchos argumentos) a criticar las instituciones religiosas. En mi opinión es la estatalización de la religión la principal responsable de los males causados a la humanidad por ésta, pero no por ello se debe caer tan fácilmente en un sentimental rechazo a ésta en sí misma, del mismo modo que no hay porqué rechazar socialismo y ecologismo en sí mismos, salvo en sus versiones estatalizadas.
ResponderEliminarContra las Religiones: Porque atentan contra el libre pensamiento, creando una jerarquía moral que predispone a admitir sin protesta toda tiranía y desvirtúan las relaciones sociales por el terror y el fanatismo, negador de la razón y el progreso científico.
EliminarMentira!!, rechazar el derecho a la religión si es atacar al libre pensamiento, y es de facto crear la jerarquía moral que dices querer rechazar. Es mentira que la religión necesariamente admite sin protesta, por mucho ejemplos históricos que pongas yo te puedo poner otros tantos que demuestren lo contrario. El terror y el fanatismo no es una cuestión de la religión sino del ser humano, y por tanto es practicable desde todos los sistemas de ideas (por supuesto también desde el anarquismo). Y lo de la razón y la ciencia simplemente demuestra tus sesgados (por no decir censurados) conocimientos históricos
ResponderEliminarderecho de que la religión cuate mi libertad de pesamiento , mi libertad natural.... ?
EliminarLa religión echo a faseado la verdad por ej diciendo que la "tierra era plana" y siguen imponiendo su dominio del obedecer a la jeraquias ...