sábado 28 de enero de 2012
Por Raúl Stolk Nevett
En una entrada en el blog de Twitter se lee:
“Mientras seguimos creciendo internacionalmente, penetraremos en países que tienen ideas diferentes sobre los contornos de la libertad de expresión. Algunos difieren de tal forma de nuestras ideas, que no podríamos siquiera existir ahí. Otros tienes ideas similares a las nuestras pero, por razones históricas o culturales, aplican ciertas restricciones de contenido como, por ejemplo, Francia y Alemania que prohíben la distribución de contenido Nazi.”
Este es el preámbulo del cambio de política de la red social en cuanto a la censura reactiva de tweets, atendiendo a su contenido, por país. Es decir, a partir de ahora, previa solicitud de cualquier gobierno, Twitter removerá mensajes de sus usuarios en el país que lo haya solicitado.
El comunicado utiliza el ejemplo de los nazis para justidicar la nueva política. Y cómo no, son lo peor que le ha pasado al mundo. Pero el problema no requiere de mucha explicación. Para los iraníes la existencia de la comunidad LGBT es peor que la del nazismo. Para los países afectados por la primavera árabe las voces que la impulsaron hubiesen podido estar tan manipuladas como las de la juventud Nazi.
Por otra parte, Twitter pretende vender la política como un favor. Entre las excusas laboriosamente redactadas por el equipo (probablemente legal), nos indican que antes, para cumplir con las restricciones locales, debía retirarse el contenido a nivel mundial y que ahora, como gran avance, podrá retirarse en el país que lo solicite, pudiendo quedar “colgado” en el resto del mundo. Infieren, sin decirlo, que antes lo hacían, pudieron haberlo hecho y que en realidad nunca no lo hicieron. ¿Algo que agradecer? No.
Twitter justifica acceder a las limitaciones solicitadas localmente para mantenerse prestando servicios en esos países con ideas “diferentes” y que, como consecuencia, la voz de todos sea oída. Interesante planteamiento. Sin embargo, no toma en cuenta que para gobiernos como el de China, donde los usuarios hacen malabares para burlar los controles impuestos por el gobierno para que sus voces sean oídas, acceder a las peticiones de censura puede significar callarlos para siempre.
Pensar que la libertad de expresión tiene distintos contornos podría considerarse una idea un tanto Nazi. ¿No lo creen?
Copiado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario