viernes, 10 de mayo de 2013

1º de Mayo revolucionario

1º de Mayo revolucionario

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El 1 de Mayo de 1886 se convocó una huelga general en Estados Unidos, en contra de la orden dada por la principal organización de trabajadores del país de no realizar ningún tipo de huelga, reclamando, como exigencia esencial, la jornada laboral de ocho horas. Esta lucha obrera se extendió durante los siguientes días, y el 4 de Mayo, en Haymarket (Chicago), mediante un explosivo que estalló entre la policía, comenzó el montaje jurídico-policial, encaminado a criminalizar al movimiento obrero y así terminar con su fuerza, que culminó con la pena de muerte contra cinco obreros anarquistas y la prisión contra otros tres obreros anarquistas.
127 años después, podemos comprobar cómo la clase explotada, está debilitada y adormecida, a la par que seguimos sufriendo la dominación de la clase dominante, clase que se encuentra cristalizada en el Estado-Capital, unión inseparable y esencial para poder ejercitar la explotación y el sometimiento sobre la amplia mayoría de los seres humanos, esto es, el proletariado.
Este sometimiento que sufrimos les desposeídes, les que nos vemos obligades a vender nuestra tiempo, nuestra vida, nuestra fuerza de trabajo, para poder sobrevivir en un mundo de mercancías y consumo, se ha visto recrudecido en los últimos años debido a la crisis cíclica del capitalismo, crisis cuyas consecuencias caen sobre nuestras cabezas en forma de despidos laborales, paro, precariedad, reformas laborales (que aumentan el paro y la precariedad), marginalidad, hambre, desahucios, suicidios, represión policial, recortes en aquello que supuestamente caracterizaba al supuesto Estado de Bienestar como la sanidad o la educación, y un largo etcétera que tan sólo sirve para atornillar nuestra esclavitud y refortalecer el sistema capitalista.
En medio de esta realidad mísera y escabrosa, en la que sólo tenemos dos opciones: o la explotación la laboral o el paro, la marginalidad y la exclusión social, resulta sorprendente que no estemos dando una respuesta organizada y contundente contra nuestro enemigo, contra aquellxs que quieren y necesitan mantener vivo este Sistema para que así a su vez puedan perpetuar su opulencia y su estatus de explotadores. Ya es hora de demostrar que la fuerza y la virtud, está de nuestro lado, que somos nosotres les que mantenemos en funcionamiento todo el engranaje capitalista y que está en nuestras manos y en nuestras cabezas el darle freno y destruir el engranaje y la maquinaria, para construir un mundo nuevo de libertad, basado en la solidaridad y el apoyo mutuo, y en el que hayamos hecho desaparecer por fin la explotación del ser humano por el ser humano.
Les jóvenes no estamos excluídes de la dominación capitalista. Dicha dominación comienza desde el mismo momento en el que nacemos en este mundo mercantil, en el cual es necesario que vayamos a las escuelas para educarnos en los valores capitalistas (premio-castigo, autoridad, delegacionismo…) y para que vayamos acostumbrándonos al funcionamiento de un Sistema que tendremos que sufrir hasta el fin de nuestra vida. Después llega la Universidad, que es el lugar donde se perfecciona por completo, y de un modo profundo, nuestro adiestramiento y amoldamiento al capitalismo, ya que es en la Universidad donde se nos prepara para el mercado laboral, es decir, para ser piezas aptas y eficaces para que el Sistema continúe con su funcionamiento de explotación; es la Universidad donde se nos cualifica en el servilismo y en la obediencia, y en los conocimientos propios del Sistema capitalista, conocimientos que siempre serán los que favorezcan a la supervivencia y el bienestar de dicho sistema y por tanto de la clase explotadora, es decir, de la burguesía (Estado-Capital); es en la universidad donde se preparan a los futuros explotados laborales (amplia mayoría) pero también es allí donde se prepara a próximes explotadores (unes poques).
Por tanto es necesario que entendamos que la dominación capitalista no empieza únicamente con la entrada en el mercado laboral, cuando empezamos a trabajar asalariadamente; sino que dicha dominación tiene su origen desde el día en que nacemos, ya que desde ese día estamos obligados a sobrevivir dentro de los parámetros, valores y mecanismos del Sistema, educándonos en sus escuelas, formándonos en sus Universidades, trabajando para beneficio de nuestres explotadores y consumiendo las mercancías que nosotres mismes hemos producido para seguir enriqueciendo a nuestres explotadores. Es una lógica cruel y sencilla, una lógica que debemos destruir de una vez por todas.
Por tanto, no se trata de trabajadores por un lado y estudiantes por otro, sino que la lucha contra la explotación y contra la dominación es una lucha que nos afecta y nos incumbe a todes nosotres, a niñes, jóvenes, adultos y ancianes, a mineros y a estudiantes de medicina, a teleoperadores y a estudiantes de la E.S.O., a les trabajadores del sector servicios y a les trabajadores del campo, a les estudiantes universitarios y a los estudiantes de módulos y ‘Formación Profesional’; es decir, a todes aquelles que nos encontramos bajo el yugo del Estado-Capital, desposeídos de nuestra libertad, de nuestras capacidades para decidir por nosotres mismes y para gestionar nuestra propia vida, sin intermediarios, sin castas, sin cúpulas y sin dirigentes.
Hoy, 1 de Mayo, es absolutamente necesario y crucial que hagamos llegar este mensaje a todes nuestres hermanes y compañeres, es absolutamente indispensable que recordemos a aquelles que lucharon en su día por romper las cadenas de la esclavitud, a la vez que nos organizamos y avanzamos en el camino de dicha lucha, lucha que tiene que ser revolucionaria para que sea fructífera, y que sólo será revolucionaria si entendemos que el origen de nuestra explotación se encuentra en el Estado-Capital y que por lo tanto el Estado-Capital debe ser destruido, y que sólo será revolucionaria si utilizamos métodos revolucionarios, estos son: la autoorganización horizontal, la huelga, el sabotaje, la acción directa, la solidaridad, el apoyo mutuo, la autogestión, etcétera.
Por todo ello, es necesario que el 1 de Mayo hagamos un llamamiento a la lucha de clases, a la guerra social contra el Estado-Capital, a la autoorganización de la clase oprimida y a la revolución social, que destruirá la explotación y la dominación. Por lo tanto, el 1 de Mayo no puede quedarse sólo en el 1 de Mayo, en un día festivo y jocoso, sino que tiene que servir como llamamiento y recordatorio de todo el camino de lucha que nos queda por delante y que tenemos y debemos recorrer, si es que queremos ser personas libres en un mundo libre.
¡Por la autoorganización horizontal de lxs oprimidxs!
¡Por la guerra social contra el Estado-Capital!
¡Por la revolución social!
¡Por el comunismo libertario!

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