Desde los colectivos que firmamos este texto, queremos exponer
nuestra opinión y dar a conocer ciertas prácticas que llevan
desarrollándose desde hace mucho tiempo dentro de los entornos de
contestación política y que creemos que pueden poner en peligro nuestra
seguridad y facilitar el trabajo de la policía.
Nos referimos a la manera que tienen de cubrir, fotografiar o filmar
manifestaciones y acciones ciertos colectivos y personas, remuneradas o
no. No hablamos de reporteros de grandes medios ni agencias de noticias
“convencionales”, que damos por hecho que cubrirán el acto de la manera
que le hayan dictado sus jefes, limitándose a eso.Tampoco a todas las
que acuden con su móvil o cámara y se olvidan incluso de sí mismas en la
obsesión por grabarlo todo, cosa que bien merecería la reflexión
conjunta. Nos referimos a aquellos que, agrupados en pequeñas agencias
de prensa o a modo freelance, acuden a las convocatorias para
fotografiar o filmar, sea de manera desinteresada, reivindicando su
granito de arena en la difusión de las luchas y la denuncia social, o
por intentar venderlas posteriormente y que, amparadas en el colegueo
por ser personas conocidas en el entorno militante y en el “somos parte
de esto, estamos a vuestro lado y damos voz a los movimientos sociales”,
nos exponen con sus fotos sin que parezca caber crítica alguna.
Proyectos como DISO Press (Agencia de Prensa y Difusión social nacida
en 2013 y ubicada en el barrio de Lavapiés) son ejemplo de esto.
Sabemos que no son los únicos. Hemos tenido que escuchar cómo un
periodista del entorno de los movimientos sociales hablaba en una gran
cadena de televisión acerca de quiénes eran los causantes de los
disturbios del 22-M, argumentando que si él lo sabía, la policía también
y los podían detener. En otra ocasión, chantajear a grupos para que
dejasen grabar sus asambleas bajo la amenaza de que, si no accedían, les
grabaría igual, esta vez detrás de la policía. Diferentes streaming en
directo reproducen caras y conversaciones sin saber con qué riesgos
puede acabar la manifestación, y que esas imágenes pueden ser utilizadas
para incriminar a compañeras.
Pero, esta vez, queremos hacer especial mención a DISO Press, pues en
repetidas ocasiones han colgado en su página web reportajes
fotográficos en los que se ha expuesto a compañeras y se ha arriesgado
su libertad, sacándolas sin ocultar su rostro y situándolas de un modo
irreparable allí donde a nadie le interesaba saber que habían estado.
Queremos aclarar que no estamos hablando de grandes convocatorias
públicas, aunque entendemos que nadie tiene que decidir por ti si tu
cara pasa a formar parte de un reportaje, o si tu acción es lo
suficientemente espectacular como para que tu cuerpo y tu ropa salga
acompañando a la misma en internet.
Creemos que quien convoca una manifestación o realiza un acto puede
haber valorado previamente si quiere que quede inmortalizado y utilizar
sus propios medios, con los que siente seguridad, y no depender de
personas externas. También creemos que hay muchas formas de cubrir un
acto. Pensamos que los rostros de los asistentes en determinadas
ocasiones son lo de menos: fotos de las pancartas, el comunicado, o
fotos desde lejos bastarían para que ese acto quedara reflejado. No hace
falta tirar de primeros planos con expresiones de rabia, impotencia o
incluso miedo. Eso es morbo puro y duro y no sabemos qué aporta a la
lucha. Tampoco es necesario utilizar el píxel para cubrir los rostros de
las personas fotografiadas si se considera un efecto antiestético:
basta con echarle imaginación y jugar con los elementos del encuadre o
el desenfoque, o sencillamente pararse dos minutos a pensar en las
posibles y terribles consecuencias que puede tener una foto llena de
mérito y genialidad, y si realmente merece la pena publicarla.
Como decíamos, creemos que es muy fácil saber previamente o darse
cuenta del carácter de una manifestación. No son lo mismo convocatorias
de carácter multitudinario, en las que todo parezca indicar que el
ambiente será tranquilo, que una convocatoria no comunicada, donde el
ambiente es tenso, donde no se ve con seguridad si la policía puede
empezar a cargar en cualquier momento, y en la que los asistentes están
tapados y no quieren que la prensa grabe sus caras; o en la que después
se hayan producido “altercados” que puedan inducir a imputación de
delitos, y que puedan ser relacionados con gente que participó en el
acto y estaba previamente fotografiada.
Estas son las maneras de DISO Press, y los hechos en los que nos
vamos a centrar, aunque tenemos conocimiento de más acciones en las que
diferentes personas no han quedado a gusto con el trato que han recibido
por esta agencia. Nos basamos en tres casos en los que se ha puesto en
peligro a personas y en los que estaba claro que, o no se quería que se
sacaran fotos de asistentes, o los actos posteriores debían haber
inducido a la reflexión de que estas fotos no deben ver la luz porque
pueden perjudicar a gente.
No estamos diciendo en ningún caso que las imágenes que utilizó la
policía para detener compañeros sean las que colgó DISO Press, ya que no
podemos saberlo; pero sí que en su web y en la red se subieron fotos de
esos actos realizadas por esta agencia, hasta que se les llamó y se les
pidió que las retiraran, no siempre accediendo en el momento a hacerlo,
ni aceptando con buenas formas.
No solo la policía puede nutrirse de estas fotos. Una vez colgadas en
internet, cualquiera, con buena o mala intención, puede descargarlas
para ponerlas en una crónica o por tenerlas sin más. Una vez colgadas en
internet pierdes el control de ellas, y tampoco a nadie le hace gracia
que su cara aguarde el momento de ser publicada en un disco duro.
Respecto a los ejemplos de los que hablábamos antes, podemos
mencionar casos como el reportaje de la manifestación antifascista que
tuvo lugar el 20 de noviembre de 2013 en la Universidad Complutense.
Pese a no estar comunicada y que nadie les hubiera llamado, DISO Press
se sintió invitado y decidió colgar las fotos de la misma. Hay que
señalar que durante esta manifestación se produjeron algunos hechos por
los que compañeros fueron denunciados (independientemente de que
estuvieran o no allí y que evidentemente no han de documentarse en
internet). Ocho días más tarde fueron detenidas 19 personas, a las que
se sumaron 11 más que fueron detenidas en una concentración solidaria
que se realizó esa misma tarde.
Pero DISO Press publicó sus fotos, aunque horas más tarde las
retirara. Trabajo hecho. Hemos de decir que cuando la policía atendió a
los estudiantes de Derecho que denunciaron unas supuestas agresiones,
ésta ya había hecho una selección de los posibles autores de los hechos,
antes incluso de hablar con los testigos presenciales.
Otro ejemplo de su acertada labor periodística podría ser la
cobertura del desahucio que tuvo lugar en Lavapiés el día 31 de enero de
2014 y todo lo que sucedió después, tras la aparición de la policía. En
esta ocasión, DISO Press publicó unas fotos en las que se podía
reconocer a las personas que allí estaban, facilitando de nuevo la labor
de la policía en la incriminación de determinados hechos y
exponiéndolas a los ojos de la prensa y televisión, que pronto se
hicieron eco de unos sucesos que creemos que, de no haber sido cubiertos
por estas fotoperiodistas, no habrían tenido tanta trascendencia o
repercusión represiva. Todas estas fotos no se retiraron de su web hasta
días más tarde, y es evidente que la policía no necesita tanto tiempo
para archivarlas o utilizarlas. Tres compañeras fueron detenidas en sus
casas días más tarde.
Por último, mencionar la cobertura de la concentración del día 27 de
diciembre de 2014 por el encarcelamiento de siete anarquistas inscrito
en la llamada Operación Pandora (con una investigación aún abierta y
siendo acusados de “organización terrorista”, entre otros cargos). Dicho
reportaje contenía fotos con primeros planos de las personas
concentradas (siendo éstas muy pocas), exponiendo sus rostros, sin que
les hiciera titubear el hecho de que para conseguir estos primeros
planos tuvieran que esperar a que aquél o aquélla que iba tapada para no
ser reconocida tuviera que separarse del grupo y destaparse por orden
de la policía para ser identificada, utilizando ese instante para
efectuar la fotografía por parte de un miembro de DISO Press.
Todos sabemos lo que implica acudir a determinadas manifestaciones,
concentraciones o acciones, actos en ocasiones cargados de tensión o
emotividad. Sabemos que nos pueden detener, que podemos acabar filiadas y
en ficheros de la Brigada de Información. Todo esto puede ser un trance
doloroso, una detención puede ser traumática, procesos que en ocasiones
se alargan en el tiempo y que puede afectarte a ti, pero también a
familiares y amigos. Pero lo asumimos y acudimos. Lo que no asumimos es
que esto se acabe produciendo porque un fotoperiodista, supuestamente
afín, nos exponga e imponga su profesión a nuestra libertad. Ni asumimos
que en una manifestación o acción, en la que tenemos que estar a mil
cosas: anticiparnos a qué intenciones tiene la policía, a si puede
cargar, si podemos ser detenidas, si estamos todas las compañeras cerca y
nadie se ha perdido, etc., que además tengamos que estar vigilando la
labor de estas fotoperiodistas y hacia dónde apuntan sus objetivos.
Este escrito no pretende ser un toque de atención. El daño ya está
hecho y las consecuencias están ahí. Esperemos que no sean más en el
futuro.
No creemos tener que ser nosotros, aquellos a quienes han puesto en
peligro sus fotos, quienes encima tengamos que pedirles que no nos
saquen; pero aun así, en el caso de DISO Press, sí se han llegado a
pedir explicaciones y lo que nos hemos encontrado por parte de alguno de
sus miembros son respuestas que nos podría dar cualquier periodista
profesional o incluso la policía: frases como “os podemos grabar porque
estáis en la vía pública…” y, en otros casos, chulería, prepotencia y
ninguna gana de reconocer ningún tipo de error ni preocupación por los
afectados. Ni siquiera la humilde reflexión por su parte de si salir en
los medios puede traernos, además de graves consecuencias legales o
penales, preocupación a nuestras familias o amigos y problemas en
nuestros trabajos, etc…
De esa manera, e imaginando que no somos los únicos a los que esto
nos preocupa, enfada y decepciona, creemos que es momento de reflexionar
de forma conjunta y sobre todo de posicionarse. Posicionarnos las que
acudimos con nuestras compañeras a las convocatorias, y las asambleas o
colectivos que las organizan.
Para nosotras, DISO Press o cualquier fotoperiodista que trabaja del
mismo modo que lo hace una agencia como EFE o cualquier cadena de
televisión, debe ser tratado de la misma manera: sin contemplaciones ni
amiguismo. No son bienvenidas ni serán bien recibidas. Su sitio está con
los periodistas del otro lado del cordón policial, no entre nosotras.
Si buscáis carnaza curráoslo, no os lo vamos a poner fácil.
Somos conscientes de que es necesario un debate colectivo sobre el
papel de las fotoperiodistas y su relación con los movimientos sociales,
los límites y las condiciones que deberían respetar para seguir siendo
consideradas como “cercanas”. Algunas aportaciones se han hecho ya en
ese sentido y otras están por venir. Con este texto buscamos denunciar
las prácticas de un colectivo en concreto y fomentar un posicionamiento
al respecto que valore los intereses y necesidades de quienes participan
en las luchas, más que los de quienes se dedican a hacer fotos o
vídeos.
Pedimos un posicionamiento también del centro social del que forma parte DISO Press y de los colectivos con los que participan.
Nuestra seguridad y libertad están en juego. No se lo pongamos fácil a la policía, no permitamos que se lo pongan fácil otros.
Por todas las personas afectadas por la represión. La lucha es el único camino.
Colectivos que firman este comunicado:
agenda libertaria Madrid, Anarquistas de Vallekas, Asamblea
Antiespecista de Madrid, Ateneo Libertario de Hortaleza, CNT-SOV Madrid,
Centro Social la Brecha, Chakalada Records, Editorial Klinamen,
Encuentro del Libro Anarquista de Madrid, en los límites de Madrid,
Federación de Estudiantes Libertarios-UAM, Grupo Anarquista Pulso,
Juventudes Libertarias de Madrid, La Hoguera Transfeminista, la letra
Armada, Local Anarquista Magdalena, Ochodoscuatro Ediciones, Primera
Vocal, publicación anarquista Todo por Hacer, Radio Cabezas de Tormenta,
Straight Edge Madrid.
https://juventudeslibertariasmadrid.wordpress.com/2015/02/19/quien-pone-en-peligro-la-seguridad-y-libertad-de-nuestras-companeras-debe-responsabilizarse-de-ello/
_________________
Anarquistas
https://www.facebook.com/pages/Anarquistas/378066755607147
Vivir en Anarquía Total, Anarquia es el Orden Revolucionari(A)
¿Qué es el anarquismo?
https://www.youtube.com/playlist?list=PLygqavJysUHI8kR7iOCLoY5p-znRLFH-C
¿Cómo vives tu?
http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/17896397/Como-vives-tu.html?notification#comment-1247286