lunes, 27 de febrero de 2012

(venezuela) 27F

No olvidar: Procer del MBR 200 asesinó pueblo el 27F

En esta columna escrita por el periodista Manuel Isidro Molina en el año 2006, se describe pormenorizadamente la actuación del Mayor Carlés en la represión contra el pueblo el 27 de Febrero de 1989 y su muerte en estos operativos. La historigrafía bolivariana ha tergiversado este capítulo.

El Caracazo

Manuel Isidro Molina

El Caracazo de Román Chalbaud, resultó una película panfletaria y ajena a la verdad histórica. Lo lamento mucho por la trayectoria cinematográfica del afamado director y dramaturgo venezolano, a quien admiro.

El sesgo pro-chavista y la exculpación militarista le quita fuerza a la producción cinematográfica; y la adulteración de hechos históricos importantes la empobrece. Salí de la sala de cine, indignado, porque no hay derecho a tal grado de manipulación.

Tal vez en el exterior, pueda ser recibida la cinta de Chalbaud con indulgencia, dado el desconocimiento de los acontecimientos, relativamente recientes. Ya obtuvo una primera premiación en el XXVII Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Lo que en Venezuela conocemos como el “27 de Febrero” o el “27F” de 1989, fue un acontecimiento popular de protesta en contra de las políticas neoliberales del gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, reprimido brutalmente por las fuerzas militares, especialmente la Guardia Nacional y el Ejército; un genocidio impune, hasta hoy, luego de siete años de gobierno del presidente Hugo Chávez Frías. Ni los jerarcas del gobierno ni los altos mandos militares de la época, han sido enjuiciados legalmente, aunque el 27F partió en dos la historia contemporánea y sirvió de disparadero a sucesivos acontecimientos políticos que dieron paso al desplazamiento de las fuerzas de poder tradicionales: estremecimiento político inmediato; rebeliones militares en febrero y noviembre de 1992; emergencia de nuevas tendencias políticas nacionales, regionales y municipales; destitución y enjuiciamiento de Carlos Andrés Pérez; elección presidencial de Rafael Caldera para el período 1994-1999; triunfo de Hugo Chávez Frías, en 1998, candidato presidencial del extinguido “Polo Patriótico”; y el proceso constituyente de 1999. Sin embargo, en el fondo ha perdurado el “peso inercial de la cultura de la vieja política”, asociada a la corrupción, la improvisación, la arbitrariedad y el caudillismo, que está dejando muy lejos al tan criticado “presidencialismo” de la democracia venezolana.

27F: La epifanía de los cerros o la sinceración democrática


Por Angel Cappelletti

El 27 de febrero de 1989 Caracas presenció un hecho único en su historia más que cuatricentenaria. Ni en los días de la independencia ni en los de la guerra federal ni, mucho menos, durante las diversas asonadas o "revoluciones" militares tuvo ocasión de ver la airada efervescencia de la masa popular. Ese día se manifestó una mayoría oculta, se 1a derramó la lava de un volcán que por muchas décadas amenazaba al valle con su erupción desoladora. Cuando murió Gómez, en 1935, pequeños grupos de caraqueños asaltaron algunas mansiones de los jerarcas del régimen. Algo semejante sucedió en 1958 a la caída de Pérez Jiménez. En 1989 los protagonistas no fueron, sin duda, pequeños grupos sino la multitud de los marginados y de los obreros, a la cual se sumó una parte de la clase media proletarizada. No se asaltaron palacetes de funcionarios o paniaguados sino los comercios de toda la ciudad. No se trataba de un desahogo político, más o menos justificado, sino de una eclosión social espontánea y, al parecer, incontenible.
¿Cuál fue el significado de este acontecimiento insólito, subitáneo, imprevisible para los políticos y los bienpensantes? Es evidente -y así lo dijeron después muchos- que el 27 de febrero cortó en dos la historia de la democracia venezolana. Y, sin embargo, las interpretaciones que de él se dieron fueron muchas y contradictorias. No faltaron quienes, decepcionados de todos los ideales revolucionarios y alérgicos a cualquier cambio radical, se negaron a conceder trascendencia a los hechos y trataron de trivializar el asunto, reduciéndolo casi a un episodio de la crónica policial. Tras los escépticos, vinieron los oportunistas. Éstos vieron allí una protesta contra el gobierno y el partido gobernante, intentando llevar las aguas a sus propios decrépitos molinos, como si Copei o cualquier otro partido de oposición, hubiera podido evitar el estallido. Pero los más equivocados de todos fueron los políticos ilustres y los agudos ensayistas que entendieron los hechos como una conspiración contra la democracia, promovida tal vez desde el exterior.

27F: Prohibido olvidar


Por Rafael Iribarren
Cuando “bajaron los cerros”
Durante 20 años de impunidad; gracias a COFAVIC el Caracazo no se ha olvidado. Y sigue siendo prohibido olvidarlo desde que, como ahora, la manipulación mediática chavista trata de torcer la historia para invocarlo como el origen socio-histórico del militarismo actual.

No se olvida que mundialmente fue el primer rechazo popular de masas al “Consenso de Washington”, a la implementación imperialista de los Programas de Ajuste Macroeconómicos impuestos a los gobiernos de la periferia del capitalismo a través del FMI y el BM
Tampoco se olvida que fue un rechazo masivo popular, “bajaron los cerros”, contra un puntofijismo ya en quiebra, agotado; contra el hambre la exclusión y precarización crecientes a que desde los setenta empujó a cada vez mas millones de venezolanos.

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