domingo, 19 de febrero de 2012

Contra la civilización productivista

Muchos y diversos fueron los mecanismos que utilizo la civilización para justificar su existencia. La concepción del desarrollo humano, como una sucesión de etapas, se inmortalizo con los representantes de la Escuela Escocesa. La burguesía inglesa, a través de sus perros guardianes, por medio de pomposos escritos repletos de "cientificismo" y "verdades absolutas", consolido la visión histórica que aun hoy permanece y se difunde como cierta. David Hume, Edward Gibbon y, el hijo prodigo de la sociedad capitalista emergente, Adam Smith, consiguieron impregnar sus ideas, incluso en aquellas ideológicas que se manifiestan inocentes como alternativas al capitalismo. Quien lo dijera alguna vez, y quien lo repitiese despues: "Las ideas no se matan". Y no, no se han muerto. Anidan en el inconsciente colectivo, y afloran cuando son necesarias, para continuar serviles al orden hegemónico. Ni en sus mayores aspiraciones de grandeza, Edward Gibbon, podria haber soñado que sus decires encontrarían eco en los socialistas mas reaccionarios: "ningún pueblo, a menos que la faz de la naturaleza se modifique, volverá a caer en la barbarie original".
No solo se lograron legitimar las instituciones burguesas, por medio de una conveniente construccion del pasado, tambien de la mano y por el mismo camino, se justifico la civilización y la evolucion tecnologica. Y no hay alternativa a la civilzación...
N. Baret. 

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