sábado, 29 de junio de 2013

CNT-AIT, Coruña: "Organización anarquista". Charla de las FIJL

https://www.facebook.com/pages/Anarquistas/378066755607147

CNT-AIT, Coruña: "Organización anarquista". Charla de las FIJL


 CNT-AIT, Coruña: "Organización anarquista". Charla de las FIJL  El próximo lunes día 1 de julio, a las 20.00 horas, dos miembros de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) darán una charla en el local de la CNT-AIT de La Coruña sobre la necesidad de una Organización Anarquista. El local de la Confederal se sitúa en los bajos de la calle Washington 36, justo detrás del DOMUS, en el Paseo Marítimo.
 
El próximo lunes día 1 de julio, a las 20.00 horas, dos miembros de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL) darán una charla en el local de la CNT-AIT de La Coruña sobre la necesidad de una Organización Anarquista. El local de la Confederal se sitúa en los bajos de la calle Washington 36, justo detrás del DOMUS, en el Paseo Marítimo.
 
 

Islandia reabre la caza de ballenas eludiendo la prohibición

Islandia reabre la caza de ballenas eludiendo la prohibición

 https://www.facebook.com/pages/Anarquistas/378066755607147 Islandia reabre la caza de ballenas eludiendo la prohibición Islandia es un país que te sobrecoge y te corta la respiración por muchísimas razones. La belleza de sus paisajes es tan imponente que es difícil imaginarla, sus glaciares, sus playas, sus volcanes, sus pájaros, y su caza de ballenas. ¿ Caza de ballenas? Sí. Islandia este año ha reabierto su caza de ballenas.  Islandia este año va a cazar más de 150 rorcuales comunes. Tras dos años sin cazar ballenas, según ellos porque no se podía exportar la carne al mercado japonés debido a la crisis sufrida por Japón tras el terremoto y posterior tsunami, Islandia este año nos sorprende reabriendo la caza de ballenas. Aún así, Islandia hace oídos sordos, esta semana el ballenero islandés Kristján Loftsson, llegaba al puerto de Hvalfjörður, en las afueras de Reykjavik con la primera ballena capturada, un rorcual común macho de más de 20 metros de largo, capturado por el ballenero Hvalur 8. Deprimente, lamentable y brutal. Esta cacería que rompe la moratoria a la caza comercial de ballenas establecida por la Comisión Ballenera Internacional por Islandia es vergonzosa. La mayor parte de lo capturado irá a los mercados de Japón, que se encuentran bastante deprimidos llegando a usar la carne de ballena en comida de lujo para perros, pero además Islandia también cazará algunos rorcuales aliblancos para el comercio turístico. Sin embargo, lo curioso y aberrante de la historia es que el avistamiento de ballenas, da muchos más beneficios turísticos, el año pasado unas 175.000 personas fueron a ver nadar ballenas en libertad a Islandia.  Esta operación se está llevando a cabo pese a la prohibición de la caza comercial de ballenas establecido por la Comisión Ballenera Internacional. Además el rorcual común está en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. No es un caso aislado, no es un solo barco ballenero, el Gobierno Islandés está detrás, y están incumpliendo la moratoria a la caza de ballenas. A Islandia se le descubre su sangriento secreto. Islandia a pesar de ser miembro de la Comisión Ballenera Internacional está eludiendo la prohibición. Las ballenas no le pertenecen a Islandia, nos pertenecen a todos y todas. La CBI debe acabar con estos vacíos legales y poner fin a la caza de ballenas a nivel mundial.   http://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com.es/2013/06/islandia-reabre-la-caza-de-ballenas.html

Islandia es un país que te sobrecoge y te corta la respiración por muchísimas razones. La belleza de sus paisajes es tan imponente que es difícil imaginarla, sus glaciares, sus playas, sus volcanes, sus pájaros, y su caza de ballenas. ¿ Caza de ballenas? Sí. Islandia este año ha reabierto su caza de ballenas. 

Islandia este año va a cazar más de 150 rorcuales comunes. Tras dos años sin cazar ballenas, según ellos porque no se podía exportar la carne al mercado japonés debido a la crisis sufrida por Japón tras el terremoto y posterior tsunami, Islandia este año nos sorprende reabriendo la caza de ballenas. Aún así, Islandia hace oídos sordos, esta semana el ballenero islandés Kristján Loftsson, llegaba al puerto de Hvalfjörður, en las afueras de Reykjavik con la primera ballena capturada, un rorcual común macho de más de 20 metros de largo, capturado por el ballenero Hvalur 8.

Deprimente, lamentable y brutal. Esta cacería que rompe la moratoria a la caza comercial de ballenas establecida por la Comisión Ballenera Internacional por Islandia es vergonzosa. La mayor parte de lo capturado irá a los mercados de Japón, que se encuentran bastante deprimidos llegando a usar la carne de ballena en comida de lujo para perros, pero además Islandia también cazará algunos rorcuales aliblancos para el comercio turístico. Sin embargo, lo curioso y aberrante de la historia es que el avistamiento de ballenas, da muchos más beneficios turísticos, el año pasado unas 175.000 personas fueron a ver nadar ballenas en libertad a Islandia. 

Esta operación se está llevando a cabo pese a la prohibición de la caza comercial de ballenas establecido por la Comisión Ballenera Internacional. Además el rorcual común está en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

No es un caso aislado, no es un solo barco ballenero, el Gobierno Islandés está detrás, y están incumpliendo la moratoria a la caza de ballenas. A Islandia se le descubre su sangriento secreto. Islandia a pesar de ser miembro de la Comisión Ballenera Internacional está eludiendo la prohibición. Las ballenas no le pertenecen a Islandia, nos pertenecen a todos y todas. La CBI debe acabar con estos vacíos legales y poner fin a la caza de ballenas a nivel mundial.
 

El fascismo se afianza en el Parlamento europeo

 El fascismo se afianza en el Parlamento europeo 


El Parlamento Europeo que salga de las urnas en los comicios europeos de 2014 puede ser muy distinto al actual. Y no por distinto será necesariamente mejor. La ultraderecha amenaza con formar un importante grupo parlamentario que puede oscilar entre los los 50 y 60 diputados del total. Ocupando un papel importante en la conformación de mayorías ante el previsible derrumbe de democristianos y socialdemócratas.

Si los sondeos aciertan, el Frente Nacional de Francia triplicará sus resultados obtenidos en 2009, logrando 10 escaños en la Eurocámara. De no tener representación, los neonazis de Amanecer Dorado están llamados a sentar a cuatro de sus miembros en Estrasburgo.

El antieuropeo y anti-inmigración Partido de la Independencia de Reino Unido, amenaza con llegar al 23% de los votos y no se descarta que sea segunda fuerza política por encima de los conservadores de David Cameron. El antieuropeísta Nigel Farage podría ser el líder británico más votado en los comicios europeos. De ser así, podría llegar a sumar entre 22 y 23 diputados. Actualmente el Partido por la Independencia de Reino Unido cuenta con trece diputados en la Eurocámara.

A los buenos resultados que la ultraderecha espera obtener en Reino Unido, Grecia y Francia, hay que sumarle los diputados que aportará el Movimiento por una Hungría Mejor. A este partido están asociadas las milicias violentas contra los gitanos húngaros. Su grado de apoyo en las elecciones nacionales de 2010 fue del 16% y actualmente cuentan con tres aguerridos eurodiputados que podrían ser 4-5 en 2014.

Bulgaria aportará su cosecha de neofascistas con el partido Unión Nacional Ataque de corte ultranacionalista y euroescéptico que en las elecciones búlgaras de mayo de 2013 consiguió entrar en el Parlamento con el 7% de los votos. Demócratas de Suecia aspira a obtener un 6% de votos y los Auténticos Finlandeses dudan entre el 19% que sacaron en las elecciones parlamentarias de 2011 y el 12% de las municipales del año pasado. En cualquier caso, su aportación al futuro grupo parlamentario de ultraderecha sería de entre 2 y 3 diputados, ahora cuentan con un miembro.

El holandés Partido de la Libertad está en caída libre pero parece asegurar su actual único eurodiputado. No sería descabellado un crecimiento si los holandeses votan en clave de castigo a su denostada política de rescates a los países del sur. El Partido de la Libertad de Austria también está llamado a aportar un nutrido de ultraderechistas. Es la segunda fuerza política en la capital austriaca (27%) tras las elecciones de 2010 y primer partido en el Estado federado de Carintia (42,5%).

Algunos sondeos consideran que los islamófobos austriacos están en disposición de adelantar a la actual coalición gubernamental de socialdemócratas y conservadores, pudiendo lograr entre 5 y 6 de los 17 diputados que elige Austria. Los nacionalistas xenófobos flamencos de Vlaams Belang parece que correrán peor suerte en los comicios de mayo de 2014. En las municipales de 2012 perdieron un 66% de apoyo electoral, lo que pone en serio peligro su aportación europarlamentaria que ahora es de un solo escaño.

Todo esto sin contar los diputados que sentará la Liga Norte de Italia en la Eurocámara. Un nutrido grupo de ultraderechistas que se alimentan de la desesperanza que produce la política económica salida de Bruselas que parece no querer enterarse que la dirección de la UE es el mejor caldo de cultivo para el avance de la ultraderecha euroescéptica y a la que le molestan todas las minorías: gitanos, mujeres, homosexuales, musulmanes e inmigrantes.

http://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com.es/2013/06/el-fascismo-se-afianza-en-el-parlamento.html

Obituario

 https://www.facebook.com/pages/Anarquistas/378066755607147

Obituario

Ha fallecido, tras larga enfermedad  Joaquín Conde Gonzalez, padre y suegro de militantes de este sindicato. Compañero en nuestros ideales antifascistas y revolucionarios, ya que él no compartía, pero con grandísimo respeto, el sentir libertario.

En situación difícil, tuvimos la oportunidad de compartir brevemente con él pequeñas charlas y recuerdos. La mayoría de nosotr@s no lo conocía de nada. Nos sorprendió su sencillez y rostro sereno, nos emocionó su solidaridad y su sonrisa al vernos enarbolar nuestras banderas. A pesar de su enfermedad que lo tenia inmovilizado, siempre que pudo acudía, a ver pasar a la CNT-AIT en sus actos del 1º de Mayo en la capital gaditana.

Luchador incansable, de los que no miran para otro lado. 

Descansa en paz compañero Joaquín. Y como decimos los anarquistas, que la tierra te sea leve.

 https://www.facebook.com/pages/Anarquistas/378066755607147 Obituario Ha fallecido, tras larga enfermedad  Joaquín Conde Gonzalez, padre y suegro de militantes de este sindicato. Compañero en nuestros ideales antifascistas y revolucionarios, ya que él no compartía, pero con grandísimo respeto, el sentir libertario. En situación difícil, tuvimos la oportunidad de compartir brevemente con él pequeñas charlas y recuerdos. La mayoría de nosotr@s no lo conocía de nada. Nos sorprendió su sencillez y rostro sereno, nos emocionó su solidaridad y su sonrisa al vernos enarbolar nuestras banderas. A pesar de su enfermedad que lo tenia inmovilizado, siempre que pudo acudía, a ver pasar a la CNT-AIT en sus actos del 1º de Mayo en la capital gaditana. Luchador incansable, de los que no miran para otro lado.  Descansa en paz compañero Joaquín. Y como decimos los anarquistas, que la tierra te sea leve.     http://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com.es/2013/06/obituario.html

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Panfleteo en la Asamblea de Intervención Social en Lucha

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Panfleteo en la Asamblea de Intervención Social en Lucha  Sindicato de Enseñanza e Intervención Social Viernes 28 de Junio del 2013  El motivo fue la asamblea que se iba a formar en esta sede sobre el convenio de Intervención Social. El motivo de que UGT y CCOO hagan este tipo de cosas no es más que el de soltar su discurso político para convencer a los/as trabajadores/as y así tener más legitimidad a la hora de firmar el convenio de la Intervención Social. Nuestra intención no es otra más que la de informar a los/as trabajadores/as que acudían a la convocatoria de la nefasta propuesta de convenio, nuestro rotundo rechazo al mismo, dar nuestras propuestas y de que no hiziesen caso a los mítines políticos de aquellos que cobran y viven a base de mentir y vender a los/as trabajadores/as.  La firma y la puesta en funcionamiento de este convenio, además de instalar la precariedad laboral, la reducción salarial y el aumento de la jornada de trabajo, eliminaria multitud de proyectos y programas, elimina la pequeña iniciativa y queda la Intervención Social única y exclusivamente en manos de las grandes empresas que gestionan la pobreza a nivel tanto nacional como internacional.  Fomentar la concienciación, la organización y la acción de los/as trabajadores/as en este sector, es crucial para la defensa conjunta y promoción de nuestros intereses como trabajadores/as. El delegacionismo en politicos del sindicalismo, ha llevado a la inmovilización total y a que cada vez seamos menos partícipes en lo que nos concierne en nuestro día a día. Y ya es hora de dar la vuelta a la tortilla.  Siendo el miedo y la precariedad, las causas fundamentales del paro, encuadramos esta humilde acción en la semana de lucha contra el paro de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Ya que internacional es la explotación, internacional es la solidaridad.  CONTRA EL PACTISMO DE LOS SINDICATOS SUBVENCIONADOS Y TRAIDORES  POR UN CONVENIO DIGNO EN NUESTRO SECTOR  HACIA LA AUTOGESTIÓN  Enseñanza e Intervención Social Plaza de Tirso de Molina, 5. 2º Izquierda. Teléfono: 91 704 60 54 web: ensemad.cnt.es mail: ensemad@cnt.esEl motivo fue la asamblea que se iba a formar en esta sede sobre el convenio de Intervención Social. El motivo de que UGT y CCOO hagan este tipo de cosas no es más que el de soltar su discurso político para convencer a los/as trabajadores/as y así tener más legitimidad a la hora de firmar el convenio de la Intervención Social. Nuestra intención no es otra más que la de informar a los/as trabajadores/as que acudían a la convocatoria de la nefasta propuesta de convenio, nuestro rotundo rechazo al mismo, dar nuestras propuestas y de que no hiziesen caso a los mítines políticos de aquellos que cobran y viven a base de mentir y vender a los/as trabajadores/as.

La firma y la puesta en funcionamiento de este convenio, además de instalar la precariedad laboral, la reducción salarial y el aumento de la jornada de trabajo, eliminaria multitud de proyectos y programas, elimina la pequeña iniciativa y queda la Intervención Social única y exclusivamente en manos de las grandes empresas que gestionan la pobreza a nivel tanto nacional como internacional.

Fomentar la concienciación, la organización y la acción de los/as trabajadores/as en este sector, es crucial para la defensa conjunta y promoción de nuestros intereses como trabajadores/as. El delegacionismo en politicos del sindicalismo, ha llevado a la inmovilización total y a que cada vez seamos menos partícipes en lo que nos concierne en nuestro día a día. Y ya es hora de dar la vuelta a la tortilla.

Siendo el miedo y la precariedad, las causas fundamentales del paro, encuadramos esta humilde acción en la semana de lucha contra el paro de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Ya que internacional es la explotación, internacional es la solidaridad.

CONTRA EL PACTISMO DE LOS SINDICATOS SUBVENCIONADOS Y TRAIDORES
POR UN CONVENIO DIGNO EN NUESTRO SECTOR
HACIA LA AUTOGESTIÓN
Enseñanza e Intervención Social
Plaza de Tirso de Molina, 5. 2º Izquierda.
Teléfono: 91 704 60 54
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Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas

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Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas



 Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas Archivado en (Internacional, Represion) por CNT de Sagunto el 28-06-2013  M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas. M D, de 33 años, y vecino de Lavapiés, consiguió llegar en autobús hasta la estación de Atocha en el centro de la capital. De allí fue trasladado inmediatamente por varios vecinos al Centro de Salud de Lavapiés en la plaza de Agustín Lara, donde se le trató de urgencia de sus heridas y se le realizó un primer parte de lesiones, presentando fuertes contusiones por rodillazos y patadas en las cervicales, la región lumbar y heridas en las muñecas por las bridas con las que estuvo inmovilizado durante horas. Actualmente, permanece en observación. Por miedo a las represalias de la policía, tiene miedo de presentar denuncia por agresiones en los Juzgados de Plaza de Castilla.  Lo que ha vivido en los últimos días nuestro vecino M D, de origen bangladeshí, no ocupará portadas de los periódicos de las principales empresas de comunicación ni titulares de sus telediarios. Sin embargo, su dramática historia es la de muchos migrantes sin permiso de residencia en este país, que padecen a diario el acoso racista y el ensañamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.  El calvario de M D comenzó el pasado 30 de mayo, cuando acudió junto a varios compañeros suyos a la Feria de Córdoba para dedicarse a la venta de flores y gafas de juguete, la actividad que se ha visto obligado a realizar para subsistir mientras termina los trámites para la obtención de su permiso de residencia por arraigo en España. Allí fue detenido por varios agentes de la Policía Nacional, cuyo comportamiento violento y racista durante aquel evento ya ha sido denunciado por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. http://www.apdha.org/index.php?option=com_content&task=view&id=1181&Itemid=63 Después de pasar dos días en los calabozos de una comisaría de Córdoba por el mero hecho de no tener documentación probatoria de su residencia legal en territorio español, M D pasó a disposición judicial. En el Juzgado de Instrucción nº 2 de Córdoba, el ilustrísimo magistrado-juez titular Sr. D. Arturo Vicente Rueda, dictó el inmediato ingreso de nuestro vecino en el CIE de Algeciras, a petición del instructor del procedimiento, el responsable de la unidad de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba. Allí fue trasladado durante la tarde del día 1 de junio.  Recordemos que el ingreso en los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde dos personas murieron por agresiones policiales y negligencia médica solo en 2011, es una medida cautelar de detención que los jueces, según sus propias leyes, no deberían decretar más que en circunstancias extremadamente excepcionales. No estar en posesión de un permiso de residencia en regla constituye en España una falta administrativa de igual gravedad que una infracción de tráfico o circular sin billete en un transporte público, y su castigo debería ser, según sus leyes y reglamentos, proporcional a su gravedad, no pudiendo acarrear, por lo general, más que una multa.  Sin embargo, jueces como el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda se saltan este principio de proporcionalidad y envían de forma sistemática a trabajadores y trabajadoras migrantes a estos campos de internamiento que no son sino centros penitenciarios donde pueden pasar hasta dos meses de reclusión sin haber cometido ningún delito.  En el plazo establecido de 72 horas, los compañeros de M D en el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés hicieron llegar al abogado del turno de oficio la documentación en que quedaba probado su arraigo social en el barrio. Para más inri, entre la documentación que el juez tuvo que examinar estaban los contratos de trabajo que M D tenía que presentar el día 24 de junio en la oficina de extranjería de la C/ San Nicasio de Leganés. El documento de su cita para solicitar la autorización de residencia temporal por arraigo lo portaba M D en el momento de su detención en Córdoba y debería haber sido más que suficiente para demostrar su identidad, sin necesidad de haber sido conducido a dependencias policiales y mucho menos recluido durante casi 48 en un tenebroso calabozo.  En todo caso, todos pensábamos que aquella pesadilla iba a terminar en el momento en que el juez examinase la documentación que le remitimos desde Madrid, en la que constaban numerosos cursos y certificados que probaban su residencia en España durante más de tres años, el informe positivo de arraigo expedido desde la Comunidad de Madrid y la mencionada cita para regularizar su situación, fijada para el día 24 de junio. Pensábamos que, a su regreso de Algeciras, M D podría presentarse a su cita y recordar su prisión en Córdoba y Algeciras como un mal sueño.  Para nuestra sorpresa, el pasado 19 de junio hacia las 12:30, desde el juzgado nº2 de Córdoba comunicaron al abogado de oficio la desestimación de su recurso de reforma. Las argumentaciones esgrimidas en el auto, no son sólo contrarias a derecho, sino contrarias a la dignidad humana, al sentido común y a la inteligencia de cualquier persona que se aproxime a este caso. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea de Lavapiés entendemos que solo una mente impregnada de racismo e ignorancia puede permitirse el lujo de firmar párrafos como el siguiente:  “No creemos que deba confundirse el arraigo en nuestro país (…) con el deseo de no ser expulsado”. “El recurrente no tiene arraigo laboral en España, sino facilidad de movilidad, y sus familiares más cercanos se encuentran en Bangladesh”.  En efecto, la mujer y los dos hijos de M D viven en la ciudad de B-Baria en Bangladesh, y sobreviven gracias a las pequeñas remesas de dinero que cada cierto tiempo M D consigue enviarles con lo poco que le sobra de comer y pagar el alquiler de su habitación compartida en el barrio Lavapiés. Bien poco tendría que leer, viajar y convivir el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda para descubrir las causas políticas y económicas por las que personas como M D luchan por salir adelante en un país como el nuestro. Sin embargo, nosotros solo tenemos tiempo aquí para señalar las irregularidades legales perpetradas por su señoría, que acabaron con el encarcelamiento y posterior tortura de nuestro vecino M D.  La primera de ellas, la de haber ordenado el internamiento en un CIE de una persona que tenía una orden de expulsión que, como él mismo reconoce en su auto de 19 de junio, “tiene dos años de antigüedad”, precisamente el plazo de tiempo en que las órdenes de expulsión caducan.  Además, en un hecho insólito, acepta como argumento de la parte fiscal el hecho de que ya había una fecha fijada para la expulsión de nuestro vecino: el día 20 de junio. No entendemos para qué el juez otorga al abogado del recurrente, en el penúltimo párrafo de su auto, un plazo de cinco días para interponer un recurso de apelación, si la deportación ya iba a ser ejecutada al día siguiente. En caso de que el abogado de oficio la hubiera presentado, M D se encontraría en la mayor de las indefensiones, a once mil kilómetros de distancia y sin ningún derecho sobre la jurisdicción española.         Por último, entre los documentos de identidad que la policía requisó a M D mientras lo secuestraba en la Feria de Córdoba estaba su pasaporte, que tenía caducado desde hacía unos meses. Con ese pasaporte caducado como único documento de identidad lo condujeron en un coche patrulla desde Algeciras hasta Madrid durante la tarde y noche del día 19, sin informarle en ningún momento del motivo de su traslado. Finalmente, lo encerraron a altas horas de la madrugada en los calabozos de una comisaría próxima a Barajas. Durante el trayecto desde Algeciras hasta Madrid, los policías le dieron de beber zumo de frutas en envases abiertos que, a tenor del efecto sedante que le produjeron, M D descubrió que estaban cargados de somníferos. En la mañana del día 20, cuando los policías que custodiaban a M D  y le obligaban a mantenerse en todo momento en silencio le ofrecieron un nuevo tetra brick de zumo abierto, M D se negó a tomarlo, recibiendo ahí los primeros golpes.  Por la mañana, otro coche patrulla con cuatro agentes le llevaron desde la comisaría hasta la puerta de la pasarela del avión. Dos policías quedaron fuera de la aeronave, mientras otros dos se sentaron en dos butacas de alguna fila de la parte media del avión, permaneciendo M D en el medio de ellos, siempre con las manos fuertemente atadas con bridas a la espalda. Mientras el resto de los pasajeros de este vuelo comercial empezaban a ocupar sus asientos, M D fue consciente del destino que le esperaba y empezó a gemir y llorar. Aunque los policías intentaron callar a nuestro vecino con golpes y patadas, no consiguieron evitar que los llantos de M D llegasen a oídos del piloto, que en el ejercicio de su responsabilidad se negó a volar con un pasajero en tales condiciones.  M D abandonó la aeronave hacia las 10:30 de la mañana. Como castigo, los cuatro policías que lo custodiaban se ensañaron con él a patadas, rodillazos y puñetazos en la cabeza, cuello y espalda. Después de la paliza decidieron dejarle abandonado a su suerte en la zona de salidas del aeropuerto. M D, en estado de pánico, consiguió llegar hasta la parada del autobús de línea regular que recorre el trayecto desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Por el camino, alguna persona solidaria le ayudó a contactar con uno de sus vecinos y compañero del Grupo de Migración de la Asamblea de Lavapiés. Malherido y en evidente estado de shock logró llegar a la estación de Atocha, donde varios vecinos del barrio estaban esperándole para trasladarle de urgencia al centro de salud de Lavapiés.  Una vez atendido, se le recomendó permanecer en observación durante 48 horas y se remitió el parte de lesiones a los Juzgados de Primera Instancia de Plaza de Castilla.  Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés queremos denunciar una vez más las torturas y abusos que a diario la policía comete sobre nuestros vecinos y personas queridas, bajo la impunidad que les otorgan jueces y magistrados. Nos gustaría que esta historia sirviese como ejemplo de las terribles consecuencias que para nuestros vecinos migrantes pueden tener las innumerables redadas y controles racistas que cada día, en cada esquina de nuestro barrio, realizan policías nacionales uniformados y de paisano.  Estamos convencidos de que algún día el miedo cambiará de bando y estos policías torturadores y estos jueces ignorantes pagarán sus desmanes con al menos el mismo sufrimiento que ellos están infringiendo sobre nuestras vecinas y vecinos por el mero hecho de ser trabajadores pobres y migrantes. http://lavapies.tomalosbarrios.net/2013/06/27/policia-nacional-da-una-brutal-paliza-a-un-vecino-de-lavapies-y-lo-deja-abandonado-en-el-aeropuerto-de-barajas/

M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas.

M D, de 33 años, y vecino de Lavapiés, consiguió llegar en autobús hasta la estación de Atocha en el centro de la capital. De allí fue trasladado inmediatamente por varios vecinos al Centro de Salud de Lavapiés en la plaza de Agustín Lara, donde se le trató de urgencia de sus heridas y se le realizó un primer parte de lesiones, presentando fuertes contusiones por rodillazos y patadas en las cervicales, la región lumbar y heridas en las muñecas por las bridas con las que estuvo inmovilizado durante horas. Actualmente, permanece en observación. Por miedo a las represalias de la policía, tiene miedo de presentar denuncia por agresiones en los Juzgados de Plaza de Castilla.




Lo que ha vivido en los últimos días nuestro vecino M D, de origen bangladeshí, no ocupará portadas de los periódicos de las principales empresas de comunicación ni titulares de sus telediarios. Sin embargo, su dramática historia es la de muchos migrantes sin permiso de residencia en este país, que padecen a diario el acoso racista y el ensañamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.
El calvario de M D comenzó el pasado 30 de mayo, cuando acudió junto a varios compañeros suyos a la Feria de Córdoba para dedicarse a la venta de flores y gafas de juguete, la actividad que se ha visto obligado a realizar para subsistir mientras termina los trámites para la obtención de su permiso de residencia por arraigo en España. Allí fue detenido por varios agentes de la Policía Nacional, cuyo comportamiento violento y racista durante aquel evento ya ha sido denunciado por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía.

http://www.apdha.org/index.php?option=com_content&task=view&id=1181&Itemid=63
Después de pasar dos días en los calabozos de una comisaría de Córdoba por el mero hecho de no tener documentación probatoria de su residencia legal en territorio español, M D pasó a disposición judicial. En el Juzgado de Instrucción nº 2 de Córdoba, el ilustrísimo magistrado-juez titular Sr. D. Arturo Vicente Rueda, dictó el inmediato ingreso de nuestro vecino en el CIE de Algeciras, a petición del instructor del procedimiento, el responsable de la unidad de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba. Allí fue trasladado durante la tarde del día 1 de junio.

Recordemos que el ingreso en los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde dos personas murieron por agresiones policiales y negligencia médica solo en 2011, es una medida cautelar de detención que los jueces, según sus propias leyes, no deberían decretar más que en circunstancias extremadamente excepcionales. No estar en posesión de un permiso de residencia en regla constituye en España una falta administrativa de igual gravedad que una infracción de tráfico o circular sin billete en un transporte público, y su castigo debería ser, según sus leyes y reglamentos, proporcional a su gravedad, no pudiendo acarrear, por lo general, más que una multa.

Sin embargo, jueces como el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda se saltan este principio de proporcionalidad y envían de forma sistemática a trabajadores y trabajadoras migrantes a estos campos de internamiento que no son sino centros penitenciarios donde pueden pasar hasta dos meses de reclusión sin haber cometido ningún delito.

En el plazo establecido de 72 horas, los compañeros de M D en el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés hicieron llegar al abogado del turno de oficio la documentación en que quedaba probado su arraigo social en el barrio. Para más inri, entre la documentación que el juez tuvo que examinar estaban los contratos de trabajo que M D tenía que presentar el día 24 de junio en la oficina de extranjería de la C/ San Nicasio de Leganés. El documento de su cita para solicitar la autorización de residencia temporal por arraigo lo portaba M D en el momento de su detención en Córdoba y debería haber sido más que suficiente para demostrar su identidad, sin necesidad de haber sido conducido a dependencias policiales y mucho menos recluido durante casi 48 en un tenebroso calabozo.

En todo caso, todos pensábamos que aquella pesadilla iba a terminar en el momento en que el juez examinase la documentación que le remitimos desde Madrid, en la que constaban numerosos cursos y certificados que probaban su residencia en España durante más de tres años, el informe positivo de arraigo expedido desde la Comunidad de Madrid y la mencionada cita para regularizar su situación, fijada para el día 24 de junio. Pensábamos que, a su regreso de Algeciras, M D podría presentarse a su cita y recordar su prisión en Córdoba y Algeciras como un mal sueño.

Para nuestra sorpresa, el pasado 19 de junio hacia las 12:30, desde el juzgado nº2 de Córdoba comunicaron al abogado de oficio la desestimación de su recurso de reforma. Las argumentaciones esgrimidas en el auto, no son sólo contrarias a derecho, sino contrarias a la dignidad humana, al sentido común y a la inteligencia de cualquier persona que se aproxime a este caso. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea de Lavapiés entendemos que solo una mente impregnada de racismo e ignorancia puede permitirse el lujo de firmar párrafos como el siguiente:

“No creemos que deba confundirse el arraigo en nuestro país (…) con el deseo de no ser expulsado”. “El recurrente no tiene arraigo laboral en España, sino facilidad de movilidad, y sus familiares más cercanos se encuentran en Bangladesh”.

En efecto, la mujer y los dos hijos de M D viven en la ciudad de B-Baria en Bangladesh, y sobreviven gracias a las pequeñas remesas de dinero que cada cierto tiempo M D consigue enviarles con lo poco que le sobra de comer y pagar el alquiler de su habitación compartida en el barrio Lavapiés. Bien poco tendría que leer, viajar y convivir el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda para descubrir las causas políticas y económicas por las que personas como M D luchan por salir adelante en un país como el nuestro. Sin embargo, nosotros solo tenemos tiempo aquí para señalar las irregularidades legales perpetradas por su señoría, que acabaron con el encarcelamiento y posterior tortura de nuestro vecino M D.

La primera de ellas, la de haber ordenado el internamiento en un CIE de una persona que tenía una orden de expulsión que, como él mismo reconoce en su auto de 19 de junio, “tiene dos años de antigüedad”, precisamente el plazo de tiempo en que las órdenes de expulsión caducan.

Además, en un hecho insólito, acepta como argumento de la parte fiscal el hecho de que ya había una fecha fijada para la expulsión de nuestro vecino: el día 20 de junio. No entendemos para qué el juez otorga al abogado del recurrente, en el penúltimo párrafo de su auto, un plazo de cinco días para interponer un recurso de apelación, si la deportación ya iba a ser ejecutada al día siguiente. En caso de que el abogado de oficio la hubiera presentado, M D se encontraría en la mayor de las indefensiones, a once mil kilómetros de distancia y sin ningún derecho sobre la jurisdicción española.

 Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas Archivado en (Internacional, Represion) por CNT de Sagunto el 28-06-2013  M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas. M D, de 33 años, y vecino de Lavapiés, consiguió llegar en autobús hasta la estación de Atocha en el centro de la capital. De allí fue trasladado inmediatamente por varios vecinos al Centro de Salud de Lavapiés en la plaza de Agustín Lara, donde se le trató de urgencia de sus heridas y se le realizó un primer parte de lesiones, presentando fuertes contusiones por rodillazos y patadas en las cervicales, la región lumbar y heridas en las muñecas por las bridas con las que estuvo inmovilizado durante horas. Actualmente, permanece en observación. Por miedo a las represalias de la policía, tiene miedo de presentar denuncia por agresiones en los Juzgados de Plaza de Castilla.  Lo que ha vivido en los últimos días nuestro vecino M D, de origen bangladeshí, no ocupará portadas de los periódicos de las principales empresas de comunicación ni titulares de sus telediarios. Sin embargo, su dramática historia es la de muchos migrantes sin permiso de residencia en este país, que padecen a diario el acoso racista y el ensañamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.  El calvario de M D comenzó el pasado 30 de mayo, cuando acudió junto a varios compañeros suyos a la Feria de Córdoba para dedicarse a la venta de flores y gafas de juguete, la actividad que se ha visto obligado a realizar para subsistir mientras termina los trámites para la obtención de su permiso de residencia por arraigo en España. Allí fue detenido por varios agentes de la Policía Nacional, cuyo comportamiento violento y racista durante aquel evento ya ha sido denunciado por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. http://www.apdha.org/index.php?option=com_content&task=view&id=1181&Itemid=63 Después de pasar dos días en los calabozos de una comisaría de Córdoba por el mero hecho de no tener documentación probatoria de su residencia legal en territorio español, M D pasó a disposición judicial. En el Juzgado de Instrucción nº 2 de Córdoba, el ilustrísimo magistrado-juez titular Sr. D. Arturo Vicente Rueda, dictó el inmediato ingreso de nuestro vecino en el CIE de Algeciras, a petición del instructor del procedimiento, el responsable de la unidad de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba. Allí fue trasladado durante la tarde del día 1 de junio.  Recordemos que el ingreso en los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde dos personas murieron por agresiones policiales y negligencia médica solo en 2011, es una medida cautelar de detención que los jueces, según sus propias leyes, no deberían decretar más que en circunstancias extremadamente excepcionales. No estar en posesión de un permiso de residencia en regla constituye en España una falta administrativa de igual gravedad que una infracción de tráfico o circular sin billete en un transporte público, y su castigo debería ser, según sus leyes y reglamentos, proporcional a su gravedad, no pudiendo acarrear, por lo general, más que una multa.  Sin embargo, jueces como el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda se saltan este principio de proporcionalidad y envían de forma sistemática a trabajadores y trabajadoras migrantes a estos campos de internamiento que no son sino centros penitenciarios donde pueden pasar hasta dos meses de reclusión sin haber cometido ningún delito.  En el plazo establecido de 72 horas, los compañeros de M D en el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés hicieron llegar al abogado del turno de oficio la documentación en que quedaba probado su arraigo social en el barrio. Para más inri, entre la documentación que el juez tuvo que examinar estaban los contratos de trabajo que M D tenía que presentar el día 24 de junio en la oficina de extranjería de la C/ San Nicasio de Leganés. El documento de su cita para solicitar la autorización de residencia temporal por arraigo lo portaba M D en el momento de su detención en Córdoba y debería haber sido más que suficiente para demostrar su identidad, sin necesidad de haber sido conducido a dependencias policiales y mucho menos recluido durante casi 48 en un tenebroso calabozo.  En todo caso, todos pensábamos que aquella pesadilla iba a terminar en el momento en que el juez examinase la documentación que le remitimos desde Madrid, en la que constaban numerosos cursos y certificados que probaban su residencia en España durante más de tres años, el informe positivo de arraigo expedido desde la Comunidad de Madrid y la mencionada cita para regularizar su situación, fijada para el día 24 de junio. Pensábamos que, a su regreso de Algeciras, M D podría presentarse a su cita y recordar su prisión en Córdoba y Algeciras como un mal sueño.  Para nuestra sorpresa, el pasado 19 de junio hacia las 12:30, desde el juzgado nº2 de Córdoba comunicaron al abogado de oficio la desestimación de su recurso de reforma. Las argumentaciones esgrimidas en el auto, no son sólo contrarias a derecho, sino contrarias a la dignidad humana, al sentido común y a la inteligencia de cualquier persona que se aproxime a este caso. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea de Lavapiés entendemos que solo una mente impregnada de racismo e ignorancia puede permitirse el lujo de firmar párrafos como el siguiente:  “No creemos que deba confundirse el arraigo en nuestro país (…) con el deseo de no ser expulsado”. “El recurrente no tiene arraigo laboral en España, sino facilidad de movilidad, y sus familiares más cercanos se encuentran en Bangladesh”.  En efecto, la mujer y los dos hijos de M D viven en la ciudad de B-Baria en Bangladesh, y sobreviven gracias a las pequeñas remesas de dinero que cada cierto tiempo M D consigue enviarles con lo poco que le sobra de comer y pagar el alquiler de su habitación compartida en el barrio Lavapiés. Bien poco tendría que leer, viajar y convivir el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda para descubrir las causas políticas y económicas por las que personas como M D luchan por salir adelante en un país como el nuestro. Sin embargo, nosotros solo tenemos tiempo aquí para señalar las irregularidades legales perpetradas por su señoría, que acabaron con el encarcelamiento y posterior tortura de nuestro vecino M D.  La primera de ellas, la de haber ordenado el internamiento en un CIE de una persona que tenía una orden de expulsión que, como él mismo reconoce en su auto de 19 de junio, “tiene dos años de antigüedad”, precisamente el plazo de tiempo en que las órdenes de expulsión caducan.  Además, en un hecho insólito, acepta como argumento de la parte fiscal el hecho de que ya había una fecha fijada para la expulsión de nuestro vecino: el día 20 de junio. No entendemos para qué el juez otorga al abogado del recurrente, en el penúltimo párrafo de su auto, un plazo de cinco días para interponer un recurso de apelación, si la deportación ya iba a ser ejecutada al día siguiente. En caso de que el abogado de oficio la hubiera presentado, M D se encontraría en la mayor de las indefensiones, a once mil kilómetros de distancia y sin ningún derecho sobre la jurisdicción española.         Por último, entre los documentos de identidad que la policía requisó a M D mientras lo secuestraba en la Feria de Córdoba estaba su pasaporte, que tenía caducado desde hacía unos meses. Con ese pasaporte caducado como único documento de identidad lo condujeron en un coche patrulla desde Algeciras hasta Madrid durante la tarde y noche del día 19, sin informarle en ningún momento del motivo de su traslado. Finalmente, lo encerraron a altas horas de la madrugada en los calabozos de una comisaría próxima a Barajas. Durante el trayecto desde Algeciras hasta Madrid, los policías le dieron de beber zumo de frutas en envases abiertos que, a tenor del efecto sedante que le produjeron, M D descubrió que estaban cargados de somníferos. En la mañana del día 20, cuando los policías que custodiaban a M D  y le obligaban a mantenerse en todo momento en silencio le ofrecieron un nuevo tetra brick de zumo abierto, M D se negó a tomarlo, recibiendo ahí los primeros golpes.  Por la mañana, otro coche patrulla con cuatro agentes le llevaron desde la comisaría hasta la puerta de la pasarela del avión. Dos policías quedaron fuera de la aeronave, mientras otros dos se sentaron en dos butacas de alguna fila de la parte media del avión, permaneciendo M D en el medio de ellos, siempre con las manos fuertemente atadas con bridas a la espalda. Mientras el resto de los pasajeros de este vuelo comercial empezaban a ocupar sus asientos, M D fue consciente del destino que le esperaba y empezó a gemir y llorar. Aunque los policías intentaron callar a nuestro vecino con golpes y patadas, no consiguieron evitar que los llantos de M D llegasen a oídos del piloto, que en el ejercicio de su responsabilidad se negó a volar con un pasajero en tales condiciones.  M D abandonó la aeronave hacia las 10:30 de la mañana. Como castigo, los cuatro policías que lo custodiaban se ensañaron con él a patadas, rodillazos y puñetazos en la cabeza, cuello y espalda. Después de la paliza decidieron dejarle abandonado a su suerte en la zona de salidas del aeropuerto. M D, en estado de pánico, consiguió llegar hasta la parada del autobús de línea regular que recorre el trayecto desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Por el camino, alguna persona solidaria le ayudó a contactar con uno de sus vecinos y compañero del Grupo de Migración de la Asamblea de Lavapiés. Malherido y en evidente estado de shock logró llegar a la estación de Atocha, donde varios vecinos del barrio estaban esperándole para trasladarle de urgencia al centro de salud de Lavapiés.  Una vez atendido, se le recomendó permanecer en observación durante 48 horas y se remitió el parte de lesiones a los Juzgados de Primera Instancia de Plaza de Castilla.  Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés queremos denunciar una vez más las torturas y abusos que a diario la policía comete sobre nuestros vecinos y personas queridas, bajo la impunidad que les otorgan jueces y magistrados. Nos gustaría que esta historia sirviese como ejemplo de las terribles consecuencias que para nuestros vecinos migrantes pueden tener las innumerables redadas y controles racistas que cada día, en cada esquina de nuestro barrio, realizan policías nacionales uniformados y de paisano.  Estamos convencidos de que algún día el miedo cambiará de bando y estos policías torturadores y estos jueces ignorantes pagarán sus desmanes con al menos el mismo sufrimiento que ellos están infringiendo sobre nuestras vecinas y vecinos por el mero hecho de ser trabajadores pobres y migrantes. http://lavapies.tomalosbarrios.net/2013/06/27/policia-nacional-da-una-brutal-paliza-a-un-vecino-de-lavapies-y-lo-deja-abandonado-en-el-aeropuerto-de-barajas/   Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas Archivado en (Internacional, Represion) por CNT de Sagunto el 28-06-2013  M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas. M D, de 33 años, y vecino de Lavapiés, consiguió llegar en autobús hasta la estación de Atocha en el centro de la capital. De allí fue trasladado inmediatamente por varios vecinos al Centro de Salud de Lavapiés en la plaza de Agustín Lara, donde se le trató de urgencia de sus heridas y se le realizó un primer parte de lesiones, presentando fuertes contusiones por rodillazos y patadas en las cervicales, la región lumbar y heridas en las muñecas por las bridas con las que estuvo inmovilizado durante horas. Actualmente, permanece en observación. Por miedo a las represalias de la policía, tiene miedo de presentar denuncia por agresiones en los Juzgados de Plaza de Castilla.  Lo que ha vivido en los últimos días nuestro vecino M D, de origen bangladeshí, no ocupará portadas de los periódicos de las principales empresas de comunicación ni titulares de sus telediarios. Sin embargo, su dramática historia es la de muchos migrantes sin permiso de residencia en este país, que padecen a diario el acoso racista y el ensañamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.  El calvario de M D comenzó el pasado 30 de mayo, cuando acudió junto a varios compañeros suyos a la Feria de Córdoba para dedicarse a la venta de flores y gafas de juguete, la actividad que se ha visto obligado a realizar para subsistir mientras termina los trámites para la obtención de su permiso de residencia por arraigo en España. Allí fue detenido por varios agentes de la Policía Nacional, cuyo comportamiento violento y racista durante aquel evento ya ha sido denunciado por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. http://www.apdha.org/index.php?option=com_content&task=view&id=1181&Itemid=63 Después de pasar dos días en los calabozos de una comisaría de Córdoba por el mero hecho de no tener documentación probatoria de su residencia legal en territorio español, M D pasó a disposición judicial. En el Juzgado de Instrucción nº 2 de Córdoba, el ilustrísimo magistrado-juez titular Sr. D. Arturo Vicente Rueda, dictó el inmediato ingreso de nuestro vecino en el CIE de Algeciras, a petición del instructor del procedimiento, el responsable de la unidad de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba. Allí fue trasladado durante la tarde del día 1 de junio.  Recordemos que el ingreso en los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde dos personas murieron por agresiones policiales y negligencia médica solo en 2011, es una medida cautelar de detención que los jueces, según sus propias leyes, no deberían decretar más que en circunstancias extremadamente excepcionales. No estar en posesión de un permiso de residencia en regla constituye en España una falta administrativa de igual gravedad que una infracción de tráfico o circular sin billete en un transporte público, y su castigo debería ser, según sus leyes y reglamentos, proporcional a su gravedad, no pudiendo acarrear, por lo general, más que una multa.  Sin embargo, jueces como el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda se saltan este principio de proporcionalidad y envían de forma sistemática a trabajadores y trabajadoras migrantes a estos campos de internamiento que no son sino centros penitenciarios donde pueden pasar hasta dos meses de reclusión sin haber cometido ningún delito.  En el plazo establecido de 72 horas, los compañeros de M D en el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés hicieron llegar al abogado del turno de oficio la documentación en que quedaba probado su arraigo social en el barrio. Para más inri, entre la documentación que el juez tuvo que examinar estaban los contratos de trabajo que M D tenía que presentar el día 24 de junio en la oficina de extranjería de la C/ San Nicasio de Leganés. El documento de su cita para solicitar la autorización de residencia temporal por arraigo lo portaba M D en el momento de su detención en Córdoba y debería haber sido más que suficiente para demostrar su identidad, sin necesidad de haber sido conducido a dependencias policiales y mucho menos recluido durante casi 48 en un tenebroso calabozo.  En todo caso, todos pensábamos que aquella pesadilla iba a terminar en el momento en que el juez examinase la documentación que le remitimos desde Madrid, en la que constaban numerosos cursos y certificados que probaban su residencia en España durante más de tres años, el informe positivo de arraigo expedido desde la Comunidad de Madrid y la mencionada cita para regularizar su situación, fijada para el día 24 de junio. Pensábamos que, a su regreso de Algeciras, M D podría presentarse a su cita y recordar su prisión en Córdoba y Algeciras como un mal sueño.  Para nuestra sorpresa, el pasado 19 de junio hacia las 12:30, desde el juzgado nº2 de Córdoba comunicaron al abogado de oficio la desestimación de su recurso de reforma. Las argumentaciones esgrimidas en el auto, no son sólo contrarias a derecho, sino contrarias a la dignidad humana, al sentido común y a la inteligencia de cualquier persona que se aproxime a este caso. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea de Lavapiés entendemos que solo una mente impregnada de racismo e ignorancia puede permitirse el lujo de firmar párrafos como el siguiente:  “No creemos que deba confundirse el arraigo en nuestro país (…) con el deseo de no ser expulsado”. “El recurrente no tiene arraigo laboral en España, sino facilidad de movilidad, y sus familiares más cercanos se encuentran en Bangladesh”.  En efecto, la mujer y los dos hijos de M D viven en la ciudad de B-Baria en Bangladesh, y sobreviven gracias a las pequeñas remesas de dinero que cada cierto tiempo M D consigue enviarles con lo poco que le sobra de comer y pagar el alquiler de su habitación compartida en el barrio Lavapiés. Bien poco tendría que leer, viajar y convivir el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda para descubrir las causas políticas y económicas por las que personas como M D luchan por salir adelante en un país como el nuestro. Sin embargo, nosotros solo tenemos tiempo aquí para señalar las irregularidades legales perpetradas por su señoría, que acabaron con el encarcelamiento y posterior tortura de nuestro vecino M D.  La primera de ellas, la de haber ordenado el internamiento en un CIE de una persona que tenía una orden de expulsión que, como él mismo reconoce en su auto de 19 de junio, “tiene dos años de antigüedad”, precisamente el plazo de tiempo en que las órdenes de expulsión caducan.  Además, en un hecho insólito, acepta como argumento de la parte fiscal el hecho de que ya había una fecha fijada para la expulsión de nuestro vecino: el día 20 de junio. No entendemos para qué el juez otorga al abogado del recurrente, en el penúltimo párrafo de su auto, un plazo de cinco días para interponer un recurso de apelación, si la deportación ya iba a ser ejecutada al día siguiente. En caso de que el abogado de oficio la hubiera presentado, M D se encontraría en la mayor de las indefensiones, a once mil kilómetros de distancia y sin ningún derecho sobre la jurisdicción española.         Por último, entre los documentos de identidad que la policía requisó a M D mientras lo secuestraba en la Feria de Córdoba estaba su pasaporte, que tenía caducado desde hacía unos meses. Con ese pasaporte caducado como único documento de identidad lo condujeron en un coche patrulla desde Algeciras hasta Madrid durante la tarde y noche del día 19, sin informarle en ningún momento del motivo de su traslado. Finalmente, lo encerraron a altas horas de la madrugada en los calabozos de una comisaría próxima a Barajas. Durante el trayecto desde Algeciras hasta Madrid, los policías le dieron de beber zumo de frutas en envases abiertos que, a tenor del efecto sedante que le produjeron, M D descubrió que estaban cargados de somníferos. En la mañana del día 20, cuando los policías que custodiaban a M D  y le obligaban a mantenerse en todo momento en silencio le ofrecieron un nuevo tetra brick de zumo abierto, M D se negó a tomarlo, recibiendo ahí los primeros golpes.  Por la mañana, otro coche patrulla con cuatro agentes le llevaron desde la comisaría hasta la puerta de la pasarela del avión. Dos policías quedaron fuera de la aeronave, mientras otros dos se sentaron en dos butacas de alguna fila de la parte media del avión, permaneciendo M D en el medio de ellos, siempre con las manos fuertemente atadas con bridas a la espalda. Mientras el resto de los pasajeros de este vuelo comercial empezaban a ocupar sus asientos, M D fue consciente del destino que le esperaba y empezó a gemir y llorar. Aunque los policías intentaron callar a nuestro vecino con golpes y patadas, no consiguieron evitar que los llantos de M D llegasen a oídos del piloto, que en el ejercicio de su responsabilidad se negó a volar con un pasajero en tales condiciones.  M D abandonó la aeronave hacia las 10:30 de la mañana. Como castigo, los cuatro policías que lo custodiaban se ensañaron con él a patadas, rodillazos y puñetazos en la cabeza, cuello y espalda. Después de la paliza decidieron dejarle abandonado a su suerte en la zona de salidas del aeropuerto. M D, en estado de pánico, consiguió llegar hasta la parada del autobús de línea regular que recorre el trayecto desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Por el camino, alguna persona solidaria le ayudó a contactar con uno de sus vecinos y compañero del Grupo de Migración de la Asamblea de Lavapiés. Malherido y en evidente estado de shock logró llegar a la estación de Atocha, donde varios vecinos del barrio estaban esperándole para trasladarle de urgencia al centro de salud de Lavapiés.  Una vez atendido, se le recomendó permanecer en observación durante 48 horas y se remitió el parte de lesiones a los Juzgados de Primera Instancia de Plaza de Castilla.  Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés queremos denunciar una vez más las torturas y abusos que a diario la policía comete sobre nuestros vecinos y personas queridas, bajo la impunidad que les otorgan jueces y magistrados. Nos gustaría que esta historia sirviese como ejemplo de las terribles consecuencias que para nuestros vecinos migrantes pueden tener las innumerables redadas y controles racistas que cada día, en cada esquina de nuestro barrio, realizan policías nacionales uniformados y de paisano.  Estamos convencidos de que algún día el miedo cambiará de bando y estos policías torturadores y estos jueces ignorantes pagarán sus desmanes con al menos el mismo sufrimiento que ellos están infringiendo sobre nuestras vecinas y vecinos por el mero hecho de ser trabajadores pobres y migrantes. http://lavapies.tomalosbarrios.net/2013/06/27/policia-nacional-da-una-brutal-paliza-a-un-vecino-de-lavapies-y-lo-deja-abandonado-en-el-aeropuerto-de-barajas/   Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas Archivado en (Internacional, Represion) por CNT de Sagunto el 28-06-2013  M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas. M D, de 33 años, y vecino de Lavapiés, consiguió llegar en autobús hasta la estación de Atocha en el centro de la capital. De allí fue trasladado inmediatamente por varios vecinos al Centro de Salud de Lavapiés en la plaza de Agustín Lara, donde se le trató de urgencia de sus heridas y se le realizó un primer parte de lesiones, presentando fuertes contusiones por rodillazos y patadas en las cervicales, la región lumbar y heridas en las muñecas por las bridas con las que estuvo inmovilizado durante horas. Actualmente, permanece en observación. Por miedo a las represalias de la policía, tiene miedo de presentar denuncia por agresiones en los Juzgados de Plaza de Castilla.  Lo que ha vivido en los últimos días nuestro vecino M D, de origen bangladeshí, no ocupará portadas de los periódicos de las principales empresas de comunicación ni titulares de sus telediarios. Sin embargo, su dramática historia es la de muchos migrantes sin permiso de residencia en este país, que padecen a diario el acoso racista y el ensañamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.  El calvario de M D comenzó el pasado 30 de mayo, cuando acudió junto a varios compañeros suyos a la Feria de Córdoba para dedicarse a la venta de flores y gafas de juguete, la actividad que se ha visto obligado a realizar para subsistir mientras termina los trámites para la obtención de su permiso de residencia por arraigo en España. Allí fue detenido por varios agentes de la Policía Nacional, cuyo comportamiento violento y racista durante aquel evento ya ha sido denunciado por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. http://www.apdha.org/index.php?option=com_content&task=view&id=1181&Itemid=63 Después de pasar dos días en los calabozos de una comisaría de Córdoba por el mero hecho de no tener documentación probatoria de su residencia legal en territorio español, M D pasó a disposición judicial. En el Juzgado de Instrucción nº 2 de Córdoba, el ilustrísimo magistrado-juez titular Sr. D. Arturo Vicente Rueda, dictó el inmediato ingreso de nuestro vecino en el CIE de Algeciras, a petición del instructor del procedimiento, el responsable de la unidad de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba. Allí fue trasladado durante la tarde del día 1 de junio.  Recordemos que el ingreso en los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde dos personas murieron por agresiones policiales y negligencia médica solo en 2011, es una medida cautelar de detención que los jueces, según sus propias leyes, no deberían decretar más que en circunstancias extremadamente excepcionales. No estar en posesión de un permiso de residencia en regla constituye en España una falta administrativa de igual gravedad que una infracción de tráfico o circular sin billete en un transporte público, y su castigo debería ser, según sus leyes y reglamentos, proporcional a su gravedad, no pudiendo acarrear, por lo general, más que una multa.  Sin embargo, jueces como el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda se saltan este principio de proporcionalidad y envían de forma sistemática a trabajadores y trabajadoras migrantes a estos campos de internamiento que no son sino centros penitenciarios donde pueden pasar hasta dos meses de reclusión sin haber cometido ningún delito.  En el plazo establecido de 72 horas, los compañeros de M D en el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés hicieron llegar al abogado del turno de oficio la documentación en que quedaba probado su arraigo social en el barrio. Para más inri, entre la documentación que el juez tuvo que examinar estaban los contratos de trabajo que M D tenía que presentar el día 24 de junio en la oficina de extranjería de la C/ San Nicasio de Leganés. El documento de su cita para solicitar la autorización de residencia temporal por arraigo lo portaba M D en el momento de su detención en Córdoba y debería haber sido más que suficiente para demostrar su identidad, sin necesidad de haber sido conducido a dependencias policiales y mucho menos recluido durante casi 48 en un tenebroso calabozo.  En todo caso, todos pensábamos que aquella pesadilla iba a terminar en el momento en que el juez examinase la documentación que le remitimos desde Madrid, en la que constaban numerosos cursos y certificados que probaban su residencia en España durante más de tres años, el informe positivo de arraigo expedido desde la Comunidad de Madrid y la mencionada cita para regularizar su situación, fijada para el día 24 de junio. Pensábamos que, a su regreso de Algeciras, M D podría presentarse a su cita y recordar su prisión en Córdoba y Algeciras como un mal sueño.  Para nuestra sorpresa, el pasado 19 de junio hacia las 12:30, desde el juzgado nº2 de Córdoba comunicaron al abogado de oficio la desestimación de su recurso de reforma. Las argumentaciones esgrimidas en el auto, no son sólo contrarias a derecho, sino contrarias a la dignidad humana, al sentido común y a la inteligencia de cualquier persona que se aproxime a este caso. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea de Lavapiés entendemos que solo una mente impregnada de racismo e ignorancia puede permitirse el lujo de firmar párrafos como el siguiente:  “No creemos que deba confundirse el arraigo en nuestro país (…) con el deseo de no ser expulsado”. “El recurrente no tiene arraigo laboral en España, sino facilidad de movilidad, y sus familiares más cercanos se encuentran en Bangladesh”.  En efecto, la mujer y los dos hijos de M D viven en la ciudad de B-Baria en Bangladesh, y sobreviven gracias a las pequeñas remesas de dinero que cada cierto tiempo M D consigue enviarles con lo poco que le sobra de comer y pagar el alquiler de su habitación compartida en el barrio Lavapiés. Bien poco tendría que leer, viajar y convivir el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda para descubrir las causas políticas y económicas por las que personas como M D luchan por salir adelante en un país como el nuestro. Sin embargo, nosotros solo tenemos tiempo aquí para señalar las irregularidades legales perpetradas por su señoría, que acabaron con el encarcelamiento y posterior tortura de nuestro vecino M D.  La primera de ellas, la de haber ordenado el internamiento en un CIE de una persona que tenía una orden de expulsión que, como él mismo reconoce en su auto de 19 de junio, “tiene dos años de antigüedad”, precisamente el plazo de tiempo en que las órdenes de expulsión caducan.  Además, en un hecho insólito, acepta como argumento de la parte fiscal el hecho de que ya había una fecha fijada para la expulsión de nuestro vecino: el día 20 de junio. No entendemos para qué el juez otorga al abogado del recurrente, en el penúltimo párrafo de su auto, un plazo de cinco días para interponer un recurso de apelación, si la deportación ya iba a ser ejecutada al día siguiente. En caso de que el abogado de oficio la hubiera presentado, M D se encontraría en la mayor de las indefensiones, a once mil kilómetros de distancia y sin ningún derecho sobre la jurisdicción española.         Por último, entre los documentos de identidad que la policía requisó a M D mientras lo secuestraba en la Feria de Córdoba estaba su pasaporte, que tenía caducado desde hacía unos meses. Con ese pasaporte caducado como único documento de identidad lo condujeron en un coche patrulla desde Algeciras hasta Madrid durante la tarde y noche del día 19, sin informarle en ningún momento del motivo de su traslado. Finalmente, lo encerraron a altas horas de la madrugada en los calabozos de una comisaría próxima a Barajas. Durante el trayecto desde Algeciras hasta Madrid, los policías le dieron de beber zumo de frutas en envases abiertos que, a tenor del efecto sedante que le produjeron, M D descubrió que estaban cargados de somníferos. En la mañana del día 20, cuando los policías que custodiaban a M D  y le obligaban a mantenerse en todo momento en silencio le ofrecieron un nuevo tetra brick de zumo abierto, M D se negó a tomarlo, recibiendo ahí los primeros golpes.  Por la mañana, otro coche patrulla con cuatro agentes le llevaron desde la comisaría hasta la puerta de la pasarela del avión. Dos policías quedaron fuera de la aeronave, mientras otros dos se sentaron en dos butacas de alguna fila de la parte media del avión, permaneciendo M D en el medio de ellos, siempre con las manos fuertemente atadas con bridas a la espalda. Mientras el resto de los pasajeros de este vuelo comercial empezaban a ocupar sus asientos, M D fue consciente del destino que le esperaba y empezó a gemir y llorar. Aunque los policías intentaron callar a nuestro vecino con golpes y patadas, no consiguieron evitar que los llantos de M D llegasen a oídos del piloto, que en el ejercicio de su responsabilidad se negó a volar con un pasajero en tales condiciones.  M D abandonó la aeronave hacia las 10:30 de la mañana. Como castigo, los cuatro policías que lo custodiaban se ensañaron con él a patadas, rodillazos y puñetazos en la cabeza, cuello y espalda. Después de la paliza decidieron dejarle abandonado a su suerte en la zona de salidas del aeropuerto. M D, en estado de pánico, consiguió llegar hasta la parada del autobús de línea regular que recorre el trayecto desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Por el camino, alguna persona solidaria le ayudó a contactar con uno de sus vecinos y compañero del Grupo de Migración de la Asamblea de Lavapiés. Malherido y en evidente estado de shock logró llegar a la estación de Atocha, donde varios vecinos del barrio estaban esperándole para trasladarle de urgencia al centro de salud de Lavapiés.  Una vez atendido, se le recomendó permanecer en observación durante 48 horas y se remitió el parte de lesiones a los Juzgados de Primera Instancia de Plaza de Castilla.  Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés queremos denunciar una vez más las torturas y abusos que a diario la policía comete sobre nuestros vecinos y personas queridas, bajo la impunidad que les otorgan jueces y magistrados. Nos gustaría que esta historia sirviese como ejemplo de las terribles consecuencias que para nuestros vecinos migrantes pueden tener las innumerables redadas y controles racistas que cada día, en cada esquina de nuestro barrio, realizan policías nacionales uniformados y de paisano.  Estamos convencidos de que algún día el miedo cambiará de bando y estos policías torturadores y estos jueces ignorantes pagarán sus desmanes con al menos el mismo sufrimiento que ellos están infringiendo sobre nuestras vecinas y vecinos por el mero hecho de ser trabajadores pobres y migrantes. http://lavapies.tomalosbarrios.net/2013/06/27/policia-nacional-da-una-brutal-paliza-a-un-vecino-de-lavapies-y-lo-deja-abandonado-en-el-aeropuerto-de-barajas/   Policía Nacional da una brutal paliza a un vecino de Lavapiés y lo deja abandonado en el aeropuerto de Barajas Archivado en (Internacional, Represion) por CNT de Sagunto el 28-06-2013  M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas. M D, de 33 años, y vecino de Lavapiés, consiguió llegar en autobús hasta la estación de Atocha en el centro de la capital. De allí fue trasladado inmediatamente por varios vecinos al Centro de Salud de Lavapiés en la plaza de Agustín Lara, donde se le trató de urgencia de sus heridas y se le realizó un primer parte de lesiones, presentando fuertes contusiones por rodillazos y patadas en las cervicales, la región lumbar y heridas en las muñecas por las bridas con las que estuvo inmovilizado durante horas. Actualmente, permanece en observación. Por miedo a las represalias de la policía, tiene miedo de presentar denuncia por agresiones en los Juzgados de Plaza de Castilla.  Lo que ha vivido en los últimos días nuestro vecino M D, de origen bangladeshí, no ocupará portadas de los periódicos de las principales empresas de comunicación ni titulares de sus telediarios. Sin embargo, su dramática historia es la de muchos migrantes sin permiso de residencia en este país, que padecen a diario el acoso racista y el ensañamiento de los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.  El calvario de M D comenzó el pasado 30 de mayo, cuando acudió junto a varios compañeros suyos a la Feria de Córdoba para dedicarse a la venta de flores y gafas de juguete, la actividad que se ha visto obligado a realizar para subsistir mientras termina los trámites para la obtención de su permiso de residencia por arraigo en España. Allí fue detenido por varios agentes de la Policía Nacional, cuyo comportamiento violento y racista durante aquel evento ya ha sido denunciado por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. http://www.apdha.org/index.php?option=com_content&task=view&id=1181&Itemid=63 Después de pasar dos días en los calabozos de una comisaría de Córdoba por el mero hecho de no tener documentación probatoria de su residencia legal en territorio español, M D pasó a disposición judicial. En el Juzgado de Instrucción nº 2 de Córdoba, el ilustrísimo magistrado-juez titular Sr. D. Arturo Vicente Rueda, dictó el inmediato ingreso de nuestro vecino en el CIE de Algeciras, a petición del instructor del procedimiento, el responsable de la unidad de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Córdoba. Allí fue trasladado durante la tarde del día 1 de junio.  Recordemos que el ingreso en los Centros de Internamiento para Extranjeros, donde dos personas murieron por agresiones policiales y negligencia médica solo en 2011, es una medida cautelar de detención que los jueces, según sus propias leyes, no deberían decretar más que en circunstancias extremadamente excepcionales. No estar en posesión de un permiso de residencia en regla constituye en España una falta administrativa de igual gravedad que una infracción de tráfico o circular sin billete en un transporte público, y su castigo debería ser, según sus leyes y reglamentos, proporcional a su gravedad, no pudiendo acarrear, por lo general, más que una multa.  Sin embargo, jueces como el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda se saltan este principio de proporcionalidad y envían de forma sistemática a trabajadores y trabajadoras migrantes a estos campos de internamiento que no son sino centros penitenciarios donde pueden pasar hasta dos meses de reclusión sin haber cometido ningún delito.  En el plazo establecido de 72 horas, los compañeros de M D en el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés hicieron llegar al abogado del turno de oficio la documentación en que quedaba probado su arraigo social en el barrio. Para más inri, entre la documentación que el juez tuvo que examinar estaban los contratos de trabajo que M D tenía que presentar el día 24 de junio en la oficina de extranjería de la C/ San Nicasio de Leganés. El documento de su cita para solicitar la autorización de residencia temporal por arraigo lo portaba M D en el momento de su detención en Córdoba y debería haber sido más que suficiente para demostrar su identidad, sin necesidad de haber sido conducido a dependencias policiales y mucho menos recluido durante casi 48 en un tenebroso calabozo.  En todo caso, todos pensábamos que aquella pesadilla iba a terminar en el momento en que el juez examinase la documentación que le remitimos desde Madrid, en la que constaban numerosos cursos y certificados que probaban su residencia en España durante más de tres años, el informe positivo de arraigo expedido desde la Comunidad de Madrid y la mencionada cita para regularizar su situación, fijada para el día 24 de junio. Pensábamos que, a su regreso de Algeciras, M D podría presentarse a su cita y recordar su prisión en Córdoba y Algeciras como un mal sueño.  Para nuestra sorpresa, el pasado 19 de junio hacia las 12:30, desde el juzgado nº2 de Córdoba comunicaron al abogado de oficio la desestimación de su recurso de reforma. Las argumentaciones esgrimidas en el auto, no son sólo contrarias a derecho, sino contrarias a la dignidad humana, al sentido común y a la inteligencia de cualquier persona que se aproxime a este caso. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea de Lavapiés entendemos que solo una mente impregnada de racismo e ignorancia puede permitirse el lujo de firmar párrafos como el siguiente:  “No creemos que deba confundirse el arraigo en nuestro país (…) con el deseo de no ser expulsado”. “El recurrente no tiene arraigo laboral en España, sino facilidad de movilidad, y sus familiares más cercanos se encuentran en Bangladesh”.  En efecto, la mujer y los dos hijos de M D viven en la ciudad de B-Baria en Bangladesh, y sobreviven gracias a las pequeñas remesas de dinero que cada cierto tiempo M D consigue enviarles con lo poco que le sobra de comer y pagar el alquiler de su habitación compartida en el barrio Lavapiés. Bien poco tendría que leer, viajar y convivir el ilustrísimo Sr. D. Arturo Vicente Rueda para descubrir las causas políticas y económicas por las que personas como M D luchan por salir adelante en un país como el nuestro. Sin embargo, nosotros solo tenemos tiempo aquí para señalar las irregularidades legales perpetradas por su señoría, que acabaron con el encarcelamiento y posterior tortura de nuestro vecino M D.  La primera de ellas, la de haber ordenado el internamiento en un CIE de una persona que tenía una orden de expulsión que, como él mismo reconoce en su auto de 19 de junio, “tiene dos años de antigüedad”, precisamente el plazo de tiempo en que las órdenes de expulsión caducan.  Además, en un hecho insólito, acepta como argumento de la parte fiscal el hecho de que ya había una fecha fijada para la expulsión de nuestro vecino: el día 20 de junio. No entendemos para qué el juez otorga al abogado del recurrente, en el penúltimo párrafo de su auto, un plazo de cinco días para interponer un recurso de apelación, si la deportación ya iba a ser ejecutada al día siguiente. En caso de que el abogado de oficio la hubiera presentado, M D se encontraría en la mayor de las indefensiones, a once mil kilómetros de distancia y sin ningún derecho sobre la jurisdicción española.         Por último, entre los documentos de identidad que la policía requisó a M D mientras lo secuestraba en la Feria de Córdoba estaba su pasaporte, que tenía caducado desde hacía unos meses. Con ese pasaporte caducado como único documento de identidad lo condujeron en un coche patrulla desde Algeciras hasta Madrid durante la tarde y noche del día 19, sin informarle en ningún momento del motivo de su traslado. Finalmente, lo encerraron a altas horas de la madrugada en los calabozos de una comisaría próxima a Barajas. Durante el trayecto desde Algeciras hasta Madrid, los policías le dieron de beber zumo de frutas en envases abiertos que, a tenor del efecto sedante que le produjeron, M D descubrió que estaban cargados de somníferos. En la mañana del día 20, cuando los policías que custodiaban a M D  y le obligaban a mantenerse en todo momento en silencio le ofrecieron un nuevo tetra brick de zumo abierto, M D se negó a tomarlo, recibiendo ahí los primeros golpes.  Por la mañana, otro coche patrulla con cuatro agentes le llevaron desde la comisaría hasta la puerta de la pasarela del avión. Dos policías quedaron fuera de la aeronave, mientras otros dos se sentaron en dos butacas de alguna fila de la parte media del avión, permaneciendo M D en el medio de ellos, siempre con las manos fuertemente atadas con bridas a la espalda. Mientras el resto de los pasajeros de este vuelo comercial empezaban a ocupar sus asientos, M D fue consciente del destino que le esperaba y empezó a gemir y llorar. Aunque los policías intentaron callar a nuestro vecino con golpes y patadas, no consiguieron evitar que los llantos de M D llegasen a oídos del piloto, que en el ejercicio de su responsabilidad se negó a volar con un pasajero en tales condiciones.  M D abandonó la aeronave hacia las 10:30 de la mañana. Como castigo, los cuatro policías que lo custodiaban se ensañaron con él a patadas, rodillazos y puñetazos en la cabeza, cuello y espalda. Después de la paliza decidieron dejarle abandonado a su suerte en la zona de salidas del aeropuerto. M D, en estado de pánico, consiguió llegar hasta la parada del autobús de línea regular que recorre el trayecto desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Por el camino, alguna persona solidaria le ayudó a contactar con uno de sus vecinos y compañero del Grupo de Migración de la Asamblea de Lavapiés. Malherido y en evidente estado de shock logró llegar a la estación de Atocha, donde varios vecinos del barrio estaban esperándole para trasladarle de urgencia al centro de salud de Lavapiés.  Una vez atendido, se le recomendó permanecer en observación durante 48 horas y se remitió el parte de lesiones a los Juzgados de Primera Instancia de Plaza de Castilla.  Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés queremos denunciar una vez más las torturas y abusos que a diario la policía comete sobre nuestros vecinos y personas queridas, bajo la impunidad que les otorgan jueces y magistrados. Nos gustaría que esta historia sirviese como ejemplo de las terribles consecuencias que para nuestros vecinos migrantes pueden tener las innumerables redadas y controles racistas que cada día, en cada esquina de nuestro barrio, realizan policías nacionales uniformados y de paisano.  Estamos convencidos de que algún día el miedo cambiará de bando y estos policías torturadores y estos jueces ignorantes pagarán sus desmanes con al menos el mismo sufrimiento que ellos están infringiendo sobre nuestras vecinas y vecinos por el mero hecho de ser trabajadores pobres y migrantes. http://lavapies.tomalosbarrios.net/2013/06/27/policia-nacional-da-una-brutal-paliza-a-un-vecino-de-lavapies-y-lo-deja-abandonado-en-el-aeropuerto-de-barajas/

Por último, entre los documentos de identidad que la policía requisó a M D mientras lo secuestraba en la Feria de Córdoba estaba su pasaporte, que tenía caducado desde hacía unos meses. Con ese pasaporte caducado como único documento de identidad lo condujeron en un coche patrulla desde Algeciras hasta Madrid durante la tarde y noche del día 19, sin informarle en ningún momento del motivo de su traslado. Finalmente, lo encerraron a altas horas de la madrugada en los calabozos de una comisaría próxima a Barajas. Durante el trayecto desde Algeciras hasta Madrid, los policías le dieron de beber zumo de frutas en envases abiertos que, a tenor del efecto sedante que le produjeron, M D descubrió que estaban cargados de somníferos. En la mañana del día 20, cuando los policías que custodiaban a M D  y le obligaban a mantenerse en todo momento en silencio le ofrecieron un nuevo tetra brick de zumo abierto, M D se negó a tomarlo, recibiendo ahí los primeros golpes.

Por la mañana, otro coche patrulla con cuatro agentes le llevaron desde la comisaría hasta la puerta de la pasarela del avión. Dos policías quedaron fuera de la aeronave, mientras otros dos se sentaron en dos butacas de alguna fila de la parte media del avión, permaneciendo M D en el medio de ellos, siempre con las manos fuertemente atadas con bridas a la espalda. Mientras el resto de los pasajeros de este vuelo comercial empezaban a ocupar sus asientos, M D fue consciente del destino que le esperaba y empezó a gemir y llorar. Aunque los policías intentaron callar a nuestro vecino con golpes y patadas, no consiguieron evitar que los llantos de M D llegasen a oídos del piloto, que en el ejercicio de su responsabilidad se negó a volar con un pasajero en tales condiciones.

M D abandonó la aeronave hacia las 10:30 de la mañana. Como castigo, los cuatro policías que lo custodiaban se ensañaron con él a patadas, rodillazos y puñetazos en la cabeza, cuello y espalda. Después de la paliza decidieron dejarle abandonado a su suerte en la zona de salidas del aeropuerto. M D, en estado de pánico, consiguió llegar hasta la parada del autobús de línea regular que recorre el trayecto desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Por el camino, alguna persona solidaria le ayudó a contactar con uno de sus vecinos y compañero del Grupo de Migración de la Asamblea de Lavapiés. Malherido y en evidente estado de shock logró llegar a la estación de Atocha, donde varios vecinos del barrio estaban esperándole para trasladarle de urgencia al centro de salud de Lavapiés.

Una vez atendido, se le recomendó permanecer en observación durante 48 horas y se remitió el parte de lesiones a los Juzgados de Primera Instancia de Plaza de Castilla.

Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular de Lavapiés queremos denunciar una vez más las torturas y abusos que a diario la policía comete sobre nuestros vecinos y personas queridas, bajo la impunidad que les otorgan jueces y magistrados. Nos gustaría que esta historia sirviese como ejemplo de las terribles consecuencias que para nuestros vecinos migrantes pueden tener las innumerables redadas y controles racistas que cada día, en cada esquina de nuestro barrio, realizan policías nacionales uniformados y de paisano.

Estamos convencidos de que algún día el miedo cambiará de bando y estos policías torturadores y estos jueces ignorantes pagarán sus desmanes con al menos el mismo sufrimiento que ellos están infringiendo sobre nuestras vecinas y vecinos por el mero hecho de ser trabajadores pobres y migrantes.


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