domingo, 1 de enero de 2012

FAI (Federación Anarquista Ibérica)


extracto sacado del Pacto asociativo
  

  La F.A.I. constituye una unión federativa, es decir, libre y solidaria de grupos de afinidad y, excepcionalmente, de individualidades. Su función es asegurar la existencia, en Iberia, de una efectiva coordinación de las actividades de los diferentes grupos e individuos anarquistas, para que sea posible la realización de una revolución social que, liquidando el Estado y las clases sociales, suprimiendo la institución-propiedad y el trabajo asalariado, instaure una sociedad basada en el comunismo anárquico.
      La F.A.I. lucha por un orden no impuesto, sin gobierno, sin autoridad de ninguna especie y sin explotación; un orden basado en la libertad de cada ser humano, en la igualdad social, en el libre acuerdo, en el apoyo mutuo y en la solidaridad humana.
      La F.A.I. lucha por la sociedad anarquista únicamente por medios anárquicos, es decir, por medios no políticos, no reformistas y no legalistas, en definitiva mediante la acción directa.
Esta asociación federativa no llegará a ningún tipo de acuerdo con instituciones u organizaciones de naturaleza política o religiosa.
      La F.A.I. combate al Estado bajo todas sus formas (monarquía, república, democracia representativa o popular, dictaduras de cualquier tipo...). Para esta federación, sólo la desaparición de los opresores por la acción de los oprimidos y la liquidación del Estado por los propios gobernados conducirá a la liberación del ser humano.
      La F.A.I. combate a los sindicatos burocratizados u oficiales, sobre todo porque éstos, impidiendo el desarrollo de la acción directa de los trabajadores y buscando limitar las luchas sociales al campo de legalidad democrática, tratan de transformar al proletariado en una pieza del llamado Estado de Derecho, o sea un componente domesticado del capitalismo democrático.
A través de un trabajo de propaganda específicamente anarquista, del ejemplo práctico constructivo y de una intervención práctica en distintos medios sociales contra las diferentes manifestaciones concretas de la represión estatal y capitalista, la F.A.I. lucha por la eclosión de un movimiento insurgente, que cuestione la totalidad
de la sociedad autoritaria, y por la capacitación de los oprimidos para las tareas positivas de la revolución social.
La insurrección, anti-estatal y anti-capitalista, y la obra constructiva de la revolución social constituyen el objetivo global de esta unión federativa. Su método es la acción directa, considerada en su más amplia y dinámica expresión revolucionaria y constructiva.
      La F.A.I. considera que el nacionalismo es la religión del Estado. Esta federación es una asociación coherente y consecuentemente internacionalista; entiende que la revolución social en Iberia debe ser parte integrante de una revolución mundial anarquista. Oponiéndose a toda forma de colonialismo o imperialismo, la F.A.I. defiende la existencia de una solidaridad práctica entre las clases expoliadas, pobres y gobernadas del mundo entero, en el marco de una lucha revolucionaria que busque la destrucción del capitalismo internacional y la abolición de las fronteras nacionales; su objetivo más amplio es la unión libre, igualitaria y solidaria, es decir, federativa, de las diferentes comunidades, pueblos y regiones de todo el mundo.
De acuerdo con su práctica, que cuestiona el principio en que se fundamentan las distintas formas de esclavitud de los individuos (el principio metafísico o religioso de autoridad), esta federación se declara racionalista y atea.
      La F.A.I. combate la religión bajo todas sus formas. Conforme a sus ideas antirreligiosas y racionalistas, esta federación lucha por la instauración de un medio social que se base en la libertad individual y que tenga como objetivo el desarrollo integral de cada ser humano. Se considera, por otra parte, que ese desarrollo individual no será posible separado de la cuestión social, es decir, sólo se puede dar dentro de la sociedad libre preconizada.
El apoyo mutuo voluntario constituye el contenido de las relaciones que los federados establecen entre sí. La actividad y funcionamiento de la F.A.I. se basa en pactos libres. Los federados están vinculados entre sí por este pacto asociativo, que sólo puede se alterado por la voluntad expresa de todos los adherentes, y por un libre acuerdo unánime sobre la estrategia de la F.A.I. La base fundamental de la F.A.I. son los grupos de afinidad y, excepcionalmente, las individualidades federadas.
      La F.A.I. posee un Comité Peninsular. Esté órgano no desempeña funciones de dirección o ejecutivas, sino tan sólo funciones de carácter relacionador u orgánico. Este Comité será elegido en Conferencia o Pleno Peninsular por un tiempo, pero cualquier miembro que lo integre es destituible en todo momento. La Conferencia de grupos es el máximo órgano decisorio de la
F.A.I. Los acuerdos que en ella se tome son vinculantes para todos los adherentes, y no podrán ser modificados más que en otra Conferencia.
      La F.A.I. realizará Plenos en que se tomarán acuerdos concretos que en ningún caso supongan una modificación de los acuerdos de la Conferencia. En ellos se coordinará también el desarrollo de los acuerdos adoptados en comicios anteriores.
      En la F.A.I. los acuerdos se toman por unanimidad. Para que un individuo o grupo se adhiera a esta federación es necesaria una propuesta de un federado o grupo en este sentido y la aprobación de un Pleno de ámbito local, regional o peninsular.
No se podrán adherir a esta federación individuos que exploten el trabajo ajeno, que ejerzan funciones en la máquina represiva o que pertenezcan a organizaciones de carácter político o religioso, a la masonería u otras sectas, o a sindicatos cuyos métodos y fines choquen frontalmente con los postulados anarquistas.
Cada grupo y cada adherente es plenamente responsable de sus propios actos. Cada grupo será responsabilizado del cumplimiento de los acuerdos que haya tomado. Ningún federado puede violar lo dispuesto en este pacto.
      La F.A.I. rechaza cualquier forma de cooperación con individuos, grupos y asociaciones que, declarándose libertarios pero colaborando con instituciones de poder, buscan transformar el movimiento libertario en un componente de la sociedad democrática, por considerar que mantienen una actitud anti anárquica. La F.A.I. solo cooperará con quien rechace activa y coherentemente el poder bajo todas sus formas.
Esta federación no es legalizable ni institucionable. Su acción se basa únicamente en la capacidad de sus adherentes, en la solidaridad anarquista internacional y en la libertad conquistada. La F.A.I. no se mueve en el terreno de la "libertades" concedidas y reglamentadas por el Estado.


F.A.I.
                             Federación Anarquista Ibérica
La CNT participa desde el primer momento en la reconstrucción de la A.I.T, si bien al año siguiente tiene que pasar a la clandestinidad debido al golpe de Estado con el que el general Primo de Rivera instaura su dictadura. Mientras que la Unión General de Trabajadores (UGT, sindicato socialista) pactó con el dictador y pudo seguir formalmente su funcionamiento, la CNT fue perseguida durante todo ese período.
La FAI
En esta situación de persecución y clandestinidad, se funda en 1927 la Federación Anarquista Ibérica en Valencia. Cuando Fanelli llegó a España en 1868 para impulsar la A.I.T en nuestro país, traía también consigo el programa de la Alianza Internacional para la Democracia Socialista, organización creada por Bakunin, de carácter anarquista, en la que se integraron buena parte de los impulsores de la A.I.T en España. Así pues, ya desde el primer momento, la Alianza va a constituir el espíritu animador de la Internacional en nuestro país. Los dos primeros núcleos se crearon en Madrid y Barcelona, desde donde se extendieron a otros lugares, procurando mantener un estrecho contacto entre todos los revolucionarios convencidos y dando al mismo tiempo impulso a las secciones locales de la Internacional que, por otra parte, habían sido creadas por ellos.
Es decir, que ya desde el primer momento anarquismo y sindicalismo revolucionario fueron estrechamente unidos (y a ello se debió que durante 70 años la tendencia libertaria fuera la predominante entre los trabajadores españoles, creando en ellos una conciencia revolucionaria poderosa muy superior, en cuanto a influencia social, a la que ha habido en otros países y procesos revolucionarios).

La desaparición de la Alianza no supuso, ni mucho menos, la ausencia de coordinación de los grupos anarquistas, que siguieron dotándose de organizaciones que les servían para establecer coordinaciones duraderas, el intercambio de propaganda y, sobre todo, para las acciones de solidaridad. No hay que olvidar que durante todo este periodo, salvo momentos históricos muy escasos, los anarquistas y sus organizaciones debían funcionar en la clandestinidad, lo que da más valor si cabe a su actividad e influjo social.
Meses antes del pronunciamiento militar, se había creado la Federación Nacional de Grupos Anarquistas (FNGGAA) que aglutinó a los compañeros y coordinó las luchas. En 1927 se celebra clandestinamente en Valencia una conferencia anarquista. Están representados los grupos de la FNGGAA, los compañeros exiliados de la Federación de Grupos Anarquistas de Lengua Española y la Unión Anarquista Portuguesa. Se decide crear una organización que coordine las luchas contra ambas dictaduras de la Península: nace la Federación Anarquista Ibérica.
La creación de la FAI dio un nuevo impulso al anarquismo ibérico, en el que el federalismo (que permitía una flexibilidad de acción) y la acción directa (que rechazaba la negociación con los patronos y con el Estado y exigía la satisfacción de todas las reivindicaciones) así como la intensificación de la propaganda anarquista se ponen al servicio del proceso revolucionario.
Esta Conferencia de Valencia que da lugar a la fundación de la FAI se desarrolla en un momento en que la CNT atraviesa una situación muy delicada. Pero la Conferencia cree en la capacidad de los anarquistas para ponerla de nuevo en marcha, e inician una etapa semejante, se dice casi literalmente, a la de la vieja Federación Regional Española de la A.I.T.
Con los sindicatos de la CNT se prevé una colaboración a todos los niveles, si bien los anarquistas de la Conferencia saben que una cosa son los sindicatos y otra los grupos, y establecen claramente la separación y autonomía orgánicas.

Las actividades de los grupos de la FAI, además, eran tremendamente diversas y no se limitaban, ni mucho menos, al campo sindical, extendiendo su acción a todos los campos que abarcaba la problemática vital: educación, cultura, creación de ateneos, propaganda de las ideas, esperanto, naturismo, cooperativismo, etc. Aunque, claro está, la pregunta que se hace en la Conferencia es: "¿Existe dentro de nuestro movimiento la capacidad precisa para una obra constructiva sobre bases antiautoritarias y federalistas?", a lo que se contestaba afirmativamente...Y en ello pusieron todo su empeño.
La relación entre la CNT y la FAI fue uno de los elementos a tener en cuenta durante este período, incluido el proceso revolucionario de 1936-39. Las investigaciones realizadas dentro del ámbito burgués o marxista ("socialista" o "comunista") han intentado hacer ver con especial énfasis el supuesto sometimiento de la CNT con respecto a la FAI, trazando, de esta manera, un paralelismo con la relación de dependencia de la UGT con respecto al PSOE (cuestión ésta que sí se daba en muchas ocasiones). Pero a este respecto, no se ha tenido suficientemente en cuenta que, por su génesis, la CNT no era ningún sindicato reformista y que, desde su constitución, estaba abocada al sindicalismo revolucionario. La FAI pretendía una colaboración cercana con la CNT, pero no dominar el sindicato, cosa, además, alejada de lo que supone una concepción anarquista de las relaciones.
La relación entre ambas organizaciones fue fijada en base a la "trabazón" acordada en 1928, que había de regular la "fraternal colaboración" entre la CNT y la FAI. Ambas organizaciones rechazaban al Estado y aspiraban a una "reorganización de la vida social en su conjunto sobre la base del comunismo libertario, alcanzada mediante la acción directa de los oprimidos".

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