sábado, 6 de octubre de 2012

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre los referéndums. Y nunca se atrevió a preguntar

 Ante el actual panorama político-social, en el que cada vez son más las Organizaciones que se unen a las diferentes propuestas políticas de realizar referéndums (reforma de la Constitución, ratificación de los recortes sociales…) nos parece necesario hacer algunas aportaciones a este campo para destapar el verdadero papel que juegan los referéndums. El referéndum, posicionamiento último del "pueblo" (dentro de la dicotomía pueblo-poder), supone uno de los recursos más valiosos de las “democracias” para afianzar su fuerza y asegurar su credibilidad.
Hemos de aclarar que, durante todo el artículo, las referencias al concepto "pueblo" no nos son propias; es decir, las hemos adoptado para adaptarnos al lenguaje de la democracia, dentro de la cual los conceptos pueblo y poder aparecen como una dicotomía. Desde nuestro punto de vista, esta dicotomía es inconclusa ya que el concepto de "pueblo" se nos antoja como una idea, dentro de la concepción "democrática", interclasista.
El consentimiento. Afirmación del poder del pueblo
«De poco sirve el espectáculo cuatrianual de las urnas como ficticia imagen de participación.  Sin control permanente del representante no hay representación real, la cual sólo subyace  realmente sólo desde un mandato imperativo, y éste es justamente el vedado por la Constitución, lo  que convierte a la democracia, sustancialmente, en  el juego de los políticos, y sólo de manera  relativa, indirecta y derivada surgen porciones de  bienestar relativo en comparación con los rechazables regímenes abiertamente autoritarios.»
José Luis García Rúa, Sobre la democracia, 1991
Es muy importante no olvidar que la “democracia” intenta anular en los individuos su capacidad de iniciativa. Los referéndums son el último reflejo de lo que exponemos: el referéndum se origina a raíz de una decisión política, no a raíz de una necesidad concreta. Cuando se ha generado un descontento social importante, los políticos intentan arrastrar a su campo toda una serie de movilizaciones sociales. El principal papel de los referéndums es transformar a todo un movimiento social en un mero porcentaje, cambiar los individuos organizados, con todas sus capacidades, para reducirlos a números, con dos opciones: sí o no. Es decir, no se permite la posibilidad de aportar una serie de soluciones ni de dar más opinión del acuerdo o desacuerdo con una propuesta.
Cumplen el papel de, una vez más, llevar al campo de la política la lucha social para así eliminarla; ofrecer el Parlamento como la única vía posible. Este hecho supone un problema mayor en la medida en que no sólo desde dentro del Parlamento surgen esas tentativas, sino que éstas se reproducen en aquellas Organizaciones que orientan la movilización a un fin político; en este caso los referéndums. Repetimos, una vez más, la única posibilidad de cambio surge de la auto-organización.
La manipulación. Caldo de cultivo de los referéndums
«Si la Democracia pudiera ser otra cosa que un medio de engañar al pueblo, la burguesía, amenazada en sus intereses, se aprestaría a la rebelión sirviéndose de toda la fuerza y toda la influencia que la posesión de la riqueza le proporciona para reducir al gobierno a la función de simple gendarme puesto a su servicio
Errico Malatesta, La Anarquía, 1891
El referéndum no es, por lo general, un hecho que surja por la petición de las Organizaciones movilizadas, sino una respuesta conciliadora de la clase política. Eso sí, una vez que se ha estudiado el tema y se han visto índices de viabilidad. Un ejemplo actual es la campaña de la Cumbre Social por el referéndum sobre si queremos o no los recortes. En temas particulares con un gran descontento general no se realizan referéndums, sino después de una gran campaña de propaganda. No olvidemos que la clase política cuenta con la disposición de los medios de comunicación y, por ello, prácticamente del monopolio informativo. De esta forma, se bombardeará a los “ciudadanos” con toda aquella información favorable a los intereses políticos:
Primer paso. Manipulación de las propuestas “alternativas”: Por ejemplo a través de las criminalización de las acciones sociales en los telediarios (de forma que la “opinión pública" valore el Parlamento como única vía), creando falsos debates televisivos en los que sólo se muestran las posturas oficiales o si se muestra otra diferente es en un marco de marginación (intentando significarla de este modo en la sociedad) o de ridiculización (los casos de manipulación directa de intervenciones son numerosos, ¿qué se esperaba?). Mostrando el lado opuesto al del campo político como algo idealizado (es decir sin base real), esto no es, en muchas ocasiones, una manipulación intencionada, sino la muestra de que el sistema político ha hecho ya efecto directamente en gran parte de la Sociedad.
Segundo paso. La creación de la necesidad: Se intenta de esta forma que la propuesta política aparezca como algo necesario aún no siéndolo. Es un esfuerzo por hacer partícipe a la gente del sistema de representación para que este no pierda legitimidad. Este hecho de crear una necesidad ficticia se ve claro en el referéndum de 1986: el PSOE, que durante la campaña electoral se posicionó en contra de la incorporación de España en la OTAN (“OTAN, de entrada NO” decía el lema) y que obtuvo el 48% de los votos en las elecciones de 1982, fue el que impulsó cuatro años más tarde el referéndum en el que el sí obtuvo el 52% (todo ello obviando las cifras de Abstención).
Tercer paso. La creación del miedo: Ante situaciones concretas, como la finalización de un régimen dictatorial, por ejemplo, los referéndums se constituyen no sólo como elementos “legitimadores” sino además como limitadores, volviendo a esa idea de dicotomía del referéndum de la que no se puede salir. Un ejemplo transparente de ello es el referéndum sobre la “Ley para la Reforma Política”. Este referéndum, que en caso de aprobarse abriría las puertas al camino de la “Transición” , tenía el claro papel de intimidar a la población española: por un lado se ofrecían dos únicas posibilidades: democracia o dictadura, y se hacía en unos momentos de represión importantes (asesinatos, fusilamentos...). De esta forma se jugaba con el miedo al “no” identificándolo con un “sí” al franquismo. Ni que decir tiene que este referéndum sirvió para legitimar el Estado “democrático” para que este continuara haciendo lo mismo que el anterior (asesinatos, montajes...).
La celebración del referéndum. El caso europeo
«Resulta paradójico, pero para nosotros, eso que algunos vienen en llamar “poder del pueblo”: no podría ser más que la destrucción de cualquier forma de Poder. Que la destrucción del Poder mismo. Ya que el “pueblo” no es un ente desvinculado de las personas que lo conforman, sino que son estas personas o individualidades quienes tienen que tener potestad para decidir sobre lo que afecte a sus vidas de manera conjunta con el resto de la comunidad y es esto, la libertad de decisión partiendo de la individualidad, lo que hace posible que las decisiones que afectan a lo colectivo se tomen realmente en libertad.»
Grupo Alma Negra (FIJL), Sobre la democracia directa, 1999
Un caso aparte es el referéndum realizado para la aprobación de la Constitución europea. Y decimos a parte porque no sólo siguió los pasos antes marcados, sino que además se tiró para atrás, una vez que había empezado su puesta en marcha, cuando se comprobó su inviabilidad. Este acontecimiento refleja claramente nuestra posición respecto a los referéndums: estos son solamente convocados cuando su resultado es positivo para los intereses de la clase política. Los referéndums convocados para la Constitución europea fueron negativos y, sencillamente, se paralizaron. En el Estado español, en el que la participación en referéndums ha ido cayendo de forma progresiva (77% en 1976, 67% en 1978, 59% en 1982 y 42% en 2005), el resultado fue positivo, pero el referéndum ni tan si quiera era vinculante. Sin embargo, el proceso se paralizó cuando en Francia e Irlanda el resultado mayoritario fue el no. Ante esto, el parlamento europeo comenzó el estudio de una nueva reforma para el tratado. Esto pone en evidencia que los referéndums no sirven para expresar la voz del pueblo sino para canalizar a través de ésta la opinión de los políticos.
La derrota final. El referéndum como estrategia
«Con la acción directa, el trabajador asume plenamente toda la iniciativa, toda la responsbilidad de su lucha. Rechaza cualquier intrusión mediatizadora a cargo de individuos o élites. El ejercicio permanente de su iniciativa y su responsabilidad por el trabajo en la perennidad de su lucha le faculta para hablar de una cierta prefiguración de la nueva sociedad»
Juan Gómez Casas, Sociología e Historia, 1973
Una de las peores derrotas es la de asumir como propios planteamientos totalmente ajenos. En este caso concreto estamos hablando de como movimientos que se auto-intitulan como horizontales asumen prácticas, como el referéndum que nada, como hemos visto, tienen de horizontal.
No hay que olvidar que el referéndum aunque se revista de populismo es una clara expresión de verticalidad. No en vano, se trata que los de abajo les digamos a los de arriba que estamos o no de acuerdo con lo que han hecho, van a hacer o tienen pensado a hacer. Pero nada más. No podemos decirles qué tienen que hacer, cómo lo tienen que hacer y cuándo lo tienen que hacer. Ese no es el juego de la democracia.
Lamentamos cómo se asumen propuestas que son, desde nuestro punto de vista, inadecuadas por ajenas, y máxime cuando se hacen bajo supuestas estrategias posibilistas. Propuestas que pretenden ganar adeptos por ser más cercanas a la práctica habitual a la que nos tienen acostumbradas y que sólo consiguen perder credibilidad por no ganar en consistencia ni en coherencia.
Del mismo modo, rechazamos aquellas que pretenden politizar a toda la sociedad. En concreto hablamos de aquellos que han pretendido aglutinar a todos los movimientos sociales que en los últimos meses estaban emergiendo en torno a la propuesta común de celebración de un referéndum. Ese no es el camino. Nunca lo ha sido porque los políticos nunca han sido la solución, sólo han sido parte del problema.
Nuestra propuesta.Fuego a las urnas,y sal para que no vuelvan a crecer
Rechazamos de plano cualquier injerencia política, cualquier acción mediada, cualquier método, táctica y estrategia que no pueda estar controlada por nosotros y nosotras mismas en todo momento. Rechazamos los atajos, como los referéndums, que sólo consiguen alejarnos de nuestro camino.
Proponemos la organización, la actuación consciente y responsable del individuo. Porque no queremos limitarnos a escribir en un papel que estamos de acuerdo o disconformes con una propuesta; queremos ser nosotros mismos los que hagamos las propuestas, las discutamos con nuestras iguales y las llevemos adelante.
Porque no queremos ningún político ni ninguna cúpula que nos bendiga ni que nos pida opinión.
Nota: Este panfleto es una adaptación del texto "Los referendums: Último recurso de la opresión democrática" publicado por las Juventudes Anarquistas de León, realizada para repartir en la manifestación que el 26 de septiembre convocó CNT-AIT en Salamanca y a la que el 7 de octubre convocará, también en Salamanca, la llamada "Cumbre Social".

 http://anarquismo-noroeste.org/?e=243

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