lunes, 2 de julio de 2012

Miguel González: Un majorero entre los fusilados de la C.N.T en 1937.


Miguel González Gutiérrez.

Militante de la C.N.T. Panadero. Nacido en La Oliva (Fuerteventura), fusilado en Santa Cruz de Tenerife (Tenerife) con 32 años, el 23 de enero de 1937 a las 7:20 horas junto con otras 18 personas.

El Consejo de Guerra que dio como resultado la ejecución de “Los 19” es el más importante de los que se
produjeron en Canarias tras el golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de la República en julio de 1936.



Se le condena a la pena de muerte en concepto de autor de un delito consumado de rebelión militar castigado en el número segundo del artículo

doscientos treinta y ocho del Código de Justicia Militar. El 23 de enero de 1937 a las 7:20 horas, es fusilado
Miguel González Gutiérrez, que es pasado por las armas con otros 18 hombres, también condenados en esa
misma Causa 246 de 1936. Todos ellos considerados peligrosísimos por los sublevados franquistas, debido a su militancia en C.N.T. ¡Diecienueve fusilados! ¡El mismo día y la misma hora!

La sentencia del Juicio Sumarísimo empieza así: «En la Plaza de Santa Cruz de Tenerife a once de Enero de
mil novecientos treinta y siete. Vista ante este Consejo de Guerra de Oficiales Generales, en audiencia
pública y Juicio sumarísimo la presente causa nº. 246 de 1936, pieza separada, seguida por el delito de
rebelión y otros contra (…) Don MIGUEL GONZALEZ GUTIERREZ, de 32 años, hijo de Miguel y
Dolores, casado, natural de La Oliva, de mala conducta, afiliado a la C.N.T., con instrucción y sin antecedentes.»

El delito de rebelión del que le acusaba Nicolás Padilla Montoro, Magistrado de la Audiencia Provincial
de Las Palmas, Asesor en el Consejo de Guerra se basaba en que Miguel González Gutiérrez, «en la casa de Bernardino situada en el Puente Zurita repartía[n] pistolas para los simpatizantes y adheridos a la rebelión contra el Ejército». De la misma manera, Luís García Delgado, Domingo Dieppa García y Felipe Rodríguez Pérez, «se personaron en el indicado lugar con objeto de hacerse de armas lo que no pudieron conseguir
por haber sido detenido momentos antes Miguel González».

Para rematar la infamia, inscribieron en el permiso del Juzgado Municipal de Santa Cruz de Tenerife, para dar sepultura a cadáveres, que Miguel González Gutiérrez había fallecido de una «hemorragia interna».

Contaba su hijo Miguel en una entrevista realizada por Cuadernos del Ateneo de La Laguna Nº23, en el
artículo de Ricardo García Luis, titulado «Los Fusilados: las últimas letras.

¿Temor a la muerte?» :
«Mi padre le escribió una carta a mi madre que decía:
“Esto se lo dejas tú a mis
hijos cuando sean más
grandes pa’ que sepan lo que
tienen que hacer, no sé qué”.
Eso me decía mi madre antes
de morir. No, no, la carta la
tenía mi madre guardada; yo
no vi esa carta, me lo contaba
mi madre a mí. Pero mi madre
se murió a los sesenta y seis
años. Y la carta no la vimos
más. Mi madre, una persona
con más miedo que el carajo,
la quemó».

Dejó viuda, y tres hijos (una niña y dos niños), entre ellos Miguel.




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